Sáb. Abr 20th, 2024
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El Museo Nacional de Antropología Dr. David J. Guzmán realizó sus programas MUNA de Noche y Maquilíshuat bajo la Luna.

Ataviado con su colorido traje, sombrero, plumas y pito a la mano, el investigador de cultura popular tradicional Israel  Bojorge fue el narrador invitado del programa Maquilíshuat bajo la Luna del pasado 28 de octubre.

El maestro Bojorge compartió historias, música, mitos y leyendas salvadoreñas, en especial una que se cuenta en torno al Día de los Santos y al Día de Difuntos, 1 y 2 de noviembre, respectivamente.

Se trata de la procesión de las ánimas que, según el catolicismo, “son las almas que andan en pena. Las ánimas son las almas que no han sido perdonadas por Dios, aparecen a la media noche entre esos dos días. La creencia es que andan penando, rezando de lejos aves marías, otros vienen quejándose”, dijo Bojorge, quien dramatizó la procesión con la ayuda de un niño que caminaba alrededor del maquilíshuat, con una manta encima y una vela en la mano.

“Lo más interesante de la creencia es que si alguien ve la procesión, las ánimas le entregan una candela encendida al que los ve y le dicen: mañana te vengo a traer, creando temor y angustia porque al día siguiente se convierte en huesos”, continuó el relato el investigador, acompañado de música de sonidos ancestrales.

Según el maestro Bojorge, a la persona que le pasaba esto iba al día donde el sacerdote, quien le decía que para evitar que “la ánima se la lleve, que rece el padrenuestro, que haga llorar a un niño, que cante un gallo y que eche agua bendita, y entonces, cuando escuche la procesión de las ánimas pasar por su casa, desaparecen”.

El mito tiene su moraleja, explicó el investigador, y es “que nadie se ande desvelando. Siempre hay un consejo, hay diferentes versiones. Es una procesión fantasmagórica. Cuando yo estaba pequeño vivía en La Unión. En estas fechas se oían murmullos, la gente se ponía a rezar y no sacaba la cabeza”, concluyó el maestro Bojorge.

Asimismo, el investigador habló de nahualismos es decir personas que se convierten en animales, de la Siguanaba, del Cipitío, y de otras mitos populares.

“Encontrarme con esta narración que es parte de nuestro folclor salvadoreño es interesante,  recordar algunas historias de cuando éramos niñas, a pesar de que tengo 40 años mi mamá me las contaba, además es muy educativo para los niños también, como el narrador lo dice, la tecnología nos va apartando y alejando de esto, felicito al museo por este tipo de actividades”, opinó la señora Silvana Oliva.

Además de Maquilíshuat bajo la Luna, el museo realizó una edición del MUNA de Noche, en la que se impartieron talleres lúdicos y un desfile de ropa como resultado de los talleres Colorantes Tradicionales impartidos por la Casa de la Cultura de Antiguo Cuscatlán en el MUNA.

“Fue una experiencia muy buena, en la mayoría de talleres trabajamos en equipo y esto ayudó a la elaboración de los trajes, mi hermana y yo hicimos una vestimenta, hicimos el diseño y lo mandamos a hacer, y nosotros lo teñimos con cúrcuma y usamos las técnicas shibori e itahime”, dijo Lorena Álvarez, quien además elabora accesorios como pulseras y aretes con los mismos materiales.

En la pasarela se mostraron prendas teñidas con cochinilla, palo de campeche, flor de jamaica, mangle rojo, achiote, cúrcuma y añil.

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