Vie. May 3rd, 2024

Por José Manuel Castillo Betances


El actual diferendo con el vecino y hermano Haití en las actuales circunstancias de crisis profunda
que vive esa nación debe continuar manejándose con la mayor mesura posible. Pues, cualquier uso
de la fuerza podría mal interpretarse como un exceso ante la gran debilidad de un Estado fallido. Lo
que activaría la maquinaria de mentiras y especulaciones de los pseudoamigos del país caribeño. Y,
bajo ese pretexto podrían complicarnos aún más la existencia. Aunque tengamos  mil razones, nadie
lo reconocerá, además de correr el riesgo de ganarnos las incomprensiones que a la postre afectarían
la muy trabajada buena imagen país. Ello nos convoca a recordar la histórica defensa país-soberanía
nacional que enarboló el ex presidente Danilo Medina en el marco de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), celebrada en La Habana Cuba en enero, 2014; cuando se pretendió presentarnos como el apartheid del Caribe. Ahí estuvo la voz de la República en la persona del ex mandatario dominicano. Aurora lánguido.


En nuestro caso particular, nos tocó una ardua gestión diplomática en defensa de nuestra imagen nacional, estrategia que desarrollamos en el marco de  la “iniciativa mundial comunicación de política migratoria, propiciada por la Cancillería de la República”, en el contexto de la defensa de la SENTENCIA TC/0168/13, promulgada por el alto Tribunal Constitucional, y que devino en el desarrollo del Plan Nacional de Regularización de Extranjeros, que implicó  grandes sacrificios económicos para el país, con una inversión de más de Mil 600 millones de pesos. 


Ello nos condujo a propiciar unas cuarenta  reuniones todas documentadas desde la histórica ciudad
de la Habana hasta el pulgarcito de América,  con su nombre de redentor,  El Salvador, procurando
dar a conocer lo que llamamos documento de la verdad: En RD no hay apátrida. Allí contamos con
formidables equipos de trabajo en las respectivas misiones diplomáticas,  y con la grata comprensión de los colegas,  y más allá de ex presidentes y ministros con los cuales interactúanos a los fines de sensibilizar respecto a la comprensión de nuestro orden y política migratoria que sin soslayar el irrestricto respeto a los derechos humanos consagra su espíritu soberano. 


En el caso que nos ocupa actualmente, no se trata de ceder algún derecho, pero sí de obrar con inteligencia a fin de no atropellar lo que tanto esfuerzo nacional ha costado. Por ello, no se debe pensar en función de intereses coyunturales de gobierno, el tema es un asunto de Estado, que va más allá del presente, y, como tal debe ser tratado. 


De ahí, la trascendencia de que el mismo se enfoque en función de las normas internacionales que
rigen la materia, a fin de definir la mejor manera de aprovechar un bien parcialmente común, y, que
nos permita concertar un buen acuerdo de beneficios mutuos, que implique profundizar nuestras
relaciones bilaterales de buenas vencida, como siempre RD ha defendido. 

Contamos con excelentes especialistas en materia hídrica lo que nos facilita armonizar una
propuesta ecléctica que de solución satisfactoria  a la presente crisis generada por la referida obra
hidráulica. Estos cuentan con las capacidades y peritaje para garantizar el establecimiento de un
mecanismo de gestión sustentable de distribución y acceso al agua del rio masacre sin obstaculizar
su cauce natural para que en su trayecto pueda continuar su marcha impactando las decenas de
granjas agrícolas cuesta abajo y desemboque como es natural en el océano Atlántico.


El derecho internacional público nos asiste como el mecanismo-guía expedito proporcionando los
medios al amparo de tratados suscritos cuya esencia reparte justicia y mandatos para ambas
naciones. Acogerse al ABC de la diplomacia preventiva, que va desde el diálogo binacional, el
arbitraje regional o en última instancia el internacional. Vale recordar que ya la región cuenta con
instrumentos regionales para la disolución de conflicto, como LA CELAC, y UNASUR,
organismos que hicieron posible La Paz en Suramérica,  evitando una guerra entre las naciones
hermanas  de Colombia, Venezuela y Ecuador, y, en cuyas buenas acciones estuvo presente la
diplomacia hispanoamericana al más alto nivel en una trilogía de ex presidentes: Leonel Fernández,
Rodriguez Zapatero y Martín Torrijos. Aunque, cabe decir que este último mecanismo
UNASUR  ha sido suspendido como consecuencia del sesgo ideológico aún imperante en la región.
Situación que el presidente Lula a su retorno al poder ha prometido trabajar para su
restablecimiento.   


De modo, que por esta vía diplomática y no por la confrontación debe estar la apropiada solución al
conflicto dado a partir de la construcción irregular de un canal de trasvase en el legendario río
masacre,  que aún se sigue pasando a pie.  Y, que conforme al artículo 10 del Tratado de Paz,
Amistad y Arbitraje del 20 de febrero de 1929,  mandata a un uso racional, no perjudicial para las
partes del preciado líquido, mismo que de manera  justa y equitativa debe servir para fines de
cultivo agrícolas e industriales. 


Pero, si bien da derecho al mismo tiempo prohíbe la ejecución de alguna obra que atente contra el
curso natural del rio. Lo que sin duda se opone a que arbitrariamente algunas de las partes dañen su
caudal natural. Además de que nadie en absoluto tiene potestades para impedir la desembocadura
natural de un río al mar, por ello el afluente tiene que continuar su curso natural.   


Tened en cuenta que no somos los primeros en tener algún diferendo por el uso común de un río; en
nuestro caso parcialmente  común, y, donde lo ha habido la solución ha sido por la vía pacífica, la
diplomacia preventiva ha primado. Así tenemos el caso de los legendarios ríos Tigris y Éufrates,
gestionado por Turquía e Irak; el histórico Nilo Azul bajo la administración de Etiopía y Egipto; y,
así un sin número de conflictos que llegan hasta nuestra América.


Conflicto entre México y Estados Unidos en la región de Chihuahua por el control de una presa que
permita el uso de agua al país azteca que ha sido sensiblemente afectada por el cambio climático y
un clima cada vez más extremo como reporta el NY Time.

Disidencia entre Uruguay y Argentina por incumplimiento normas medioambientales en el Rio
Uruguay ante la instalación de la planta papelera Botnia en la zona fronteriza. Generando una litis
que ambas naciones enfrentan en la Corte de Justicia de La Haya.


Pero, hasta ahora la diplomacia ha jugado un importante rol en procura de la solución pacífica de
dichos conflictos. La nuestra no podrá ser diferente, como proclamará el gran Gandhi “no hay
camino para La Paz, La Paz es el camino”. 


Muy a pesar de que, la escasez en calidad y disponibilidad de agua dulce expresada como
consecuencia de la desaparición de no menos de un  70% de los acuíferos, acentuando la baja
producción y la miseria en grandes poblaciones humanas, ha llevado al renombrado
conservacionista Rajendra Singh-reconocido en la India y el mundo como el Waterman, al igual que
otros científicos, como el Dr. Ismail Serageldin, ex vicepresidente del Banco Mundial, a la infeliz
conclusión de que el agua podría ser la principal causa de la Tercera Guerra Mundial. 


Por consiguiente, confiamos no caer en los antagonismos dando lugar a un amplio espacio de
diálogo cimentado en la transparencia que conduzca al entendimiento de las partes  y no sea
necesario agotar los últimos recursos diplomáticos. Es de reconocimiento que nuestro Canciller
Roberto Álvarez ha dedicado importantes jornadas de trabajo a tan delicada temática, así entiendo
la dedicación dada por nuestro amigo Canciller haitiano Jean Víctor Généus, con quien por los años
de 2010 tuvimos el honor de compartir escenario de labores diplomáticas en la histórica ciudad de
La Habana. Que se levante el espíritu del magnífico Gandhi “No hay camino para la Paz, la Paz es
el camino”

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