Jue. Abr 25th, 2024
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Evaluar sistemáticamente los daños y pérdidas por desastres como sequías, inundaciones o huracanes en el sector agrícola, es clave para entender la vulnerabilidad de las personas que dependen del sector agropecuario, y para contar con políticas capaces de reducir dicho impacto y garantizar la seguridad alimentaria.

Es por eso que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) desarrolló una metodología para evaluar el impacto por daños y pérdidas económicas de los desastres en cultivos, ganadería, pesca, acuicultura y silvicultura, para desastres de pequeña, mediana y gran escala. La herramienta aborda desde la recopilación hasta la sistematización, análisis y reporte de datos para la toma de decisiones.

La agricultura absorbe una parte desproporcionada de los desastres. Según la FAO, entre el 2008 y 2018, a nivel mundial la agricultura y sus subsectores absorbieron el 26% del impacto causado por desastres de mediana y gran escala. En América Latina y el Caribe, las pérdidas alcanzaron los US$29 mil millones.

«Los desastres resultan en daños y pérdidas de producción, con un impacto económico directo para los productores, que se traduce a lo largo de toda la cadena de valor afectando el crecimiento general del sector y de las economías nacionales. Esta situación se ha agravado aún más por la pandemia», dijo Anna Ricoy, Oficial de Riesgos y Desastres de la FAO para América Latina y El Caribe.

Países que la están implementando. En Argentina, Colombia, Chile y Uruguay, la metodología ya está siendo adoptada para poder fortalecer los sistemas nacionales de evaluación de daños y pérdidas. En algunos casos se han sumado herramientas y tecnologías digitales para la recolección de datos de campo y su registro.

La idea es extender la adopción e institucionalización de la metodología en otros países de América Latina y el Caribe, ya que permitiría asegurar la comparabilidad y estandarización de los datos entre países y subregiones. 

Un sistema de evaluación de daños y pérdidas puede generar el necesario respaldo de instrumentos financieros (asignaciones presupuestarias, fondos, seguros), que permitan la inversión a mayor escala, en una agricultura y unos sistemas alimentarios más sostenibles, resilientes e inclusivos.

La metodología desarrollada por la FAO ha sido dada a conocer en distintos países de América Latina y el Caribe en un ciclo de seminarios, seguidos por cerca de cinco mil personas. La apuesta es que la información permita movilizar la acción conjunta entre los sectores público y privado.

Cabe destcar que su adopción facilitaría el cumplimiento de los compromisos y reporte de indicadores en las dos principales agendas internacionales que reconocen la resiliencia como fundamental para su logro, el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres, y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

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