El Gobierno salvadoreño una crisis energética por el fenómeno de El Niño, que afecta los niveles de los embalses que se han reducido entre 0.11 % y 3.2 % en los primeros cinco meses del año.
La Dirección General de Energía, Hidrocarburos y Minas (DGEHM) reaccionó a la crisis energética que viven Honduras y Guatemala por una menor generación hidroeléctrica debido a que en los primeros dos meses del invierno no ha llovido suficiente para mantener activas las centrales.
Después de varios años como país deficitario y dependiente del petróleo para el suministro, ahora El Salvador es el único en la región que tiene precios estables internos y el único que está exportando, destacan.
“El Gobierno del Presidente Nayib Bukele no va a permitir que los salvadoreños se queden sin energía eléctrica y menos de forma racionada, como está ocurriendo en otros países de la región. Las instituciones que tenemos que ver con este importante sector, estamos trabajando para que la economía no pare y los hogares sigan teniendo este vital recurso”, dijo el titular de la Dirección General de Energía, Hidrocarburos y Minas (DGEHM), Daniel Álvarez.
En Centroamérica, millares de ciudadanos están enfrentando recortes del servicio porque las autoridades locales no han sabido gestionar la situación entre la demanda y la oferta disponible. No ha sido así en El Salvador, sino que, más bien, ha pasado lo contrario, a pesar de que este año tendrá influencia de temperaturas más altas y lluvias ralentizadas.
La Dirección General ha emprendido las acciones necesarias para mantener a los hogares y a las actividades productivas con el suministro continuo. Por ejemplo, como institución gubernamental han aplicado Contratos de Naturaleza Pública y decretos transitorios para reducir la exportación de energía.
De acuerdo con las estadísticas oficiales, en estos momentos las empresas estatales generadoras –que operan las centrales hidroeléctricas y las geotérmicas– aportan 56.7 % al total de la oferta. Los combustibles ineficientes, costosos y contaminantes como el diésel y el búnker aportan solo un 7.94 %. Las demás se reparten en fuentes más amigables con el medio ambiente.
