José Luis Valle se convirtió en el ganador de los XXVI Juegos Florales de San Francisco Gotera, Morazán, en la rama de Poesía Infantil, presentado bajo el seudónimo Olomega, gracias a su poemario «Abejilandia».
“El contenido medular de esta obra persigue enaltecer el reino de las maestras abejas, esa extraordinaria y admirada maravilla de la naturaleza, máximo ejemplo de laboriosidad, disciplina y organización productiva”, explicó Valle.
Asimismo, añadió: «Son ellas, las espléndidas abejas, encarnadas en el máximo símbolo de una colmena, la abeja reina (la única hembra fértil o reproductora de cada colmenar), las protagonistas del poemario”.
El autor es titulado en Ciencias de la Comunicación, catedrático universitario, periodista, gestor cultural, actor y director teatral y ha administrado entidades educativas, sociales, editoriales, artístico-culturales, de comunicación, juventud, infancia y familia en El Salvador, Europa, Costa Rica y México.
Es importante destacar que es un escritor multipremiado a nivel nacional e internacional en novela, ensayo, dramaturgia, poesía y cuento.
Entre sus premios están:
- Premio de poesía en los XXIV Certamen Centroamericano, 1974.
- Concurso Nacional de Ensayo, México, 1989.
- Premio Único Latinoamericano de Novela, EDUCA 1994.
- Premio Único Hispanoamericano de Dramaturgia, Guatemala 2000.
- Primer lugar en el género poesía de los IV Juegos Florales Trinacionales (Guatemala-El Salvador-Honduras), Esquipulas, Guatemala.
Además, Valle ha sido galardonado con tres títulos honoríficos de gran maestre en cuento, dramaturgia y ensayo, 1998, 2005 (que otorgó CONCULTURA) y 2015 (otorgado por la Secretaría de Cultura de la Presidencia, SECULTURA), por ganar tres premios únicos en cada uno de dichos géneros.
A continuación te dejamos el poemario «Abejilandia»:
Abejilandia
(Fragmento)
SALUDO Y OFRENDA DE LA ABEJA REINA
¡El más espléndido día tenga
toda esta bella concurrencia
que asiste puntual y contenta
a mi cumpleaños número sin cuenta!
Sin cuenta. Cierto, tan cierto,
como que me están mirando y viendo.
Porque confesarles debo y quiero
que hace ya mucho, muuuucho tiempo,
perdí el recuerdo y la cuenta
si cumplo diez, quince o treinta.
Aunque muchas veces pienso
que algunas abejas reinas
parecemos no envejecer nunca
ni se nos notan canas, arrugas
o ciertas pringuitas raras
que aparecen en las alas.
Puede ser milagro o bondad
de nuestra madre naturaleza,
pero les digo con franqueza
que en lugar de sumar edad
siento que disminuyo minutos,
horas, días, inviernos, veranos,
semanas, meses y hasta años.
Otra cosa comunicarles quiero:
esta celebración cumpleañera
es también la merecida fiesta
de la colmena salvadoreña entera,
o sea de todo mi productivo reino
y mi amadísimo séquito.