Las obras fueron realizadas en el marco del proyecto Obras de Conservación y Mejoramiento a la Infraestructura del Parque Arqueológico San Andrés.
La Dirección de Arqueología brindó la ponencia “Puesta en valor del sitio arqueológico San Andrés”, a cargo de Miriam Méndez y Gerardo Artiga, este 20 de octubre, en el Museo Nacional de Antropología Dr. David J. Guzmán (MUNA).
El proyecto inició en octubre de 2022 y consiste en la renovación de la infraestructura para un mejor servicio al visitante y la conservación del patrimonio arqueológico.
Los trabajos incluyen la renovación del sistema eléctrico, cambio de estructura y cubierta de techo del obraje de añil, señalética, cédulas interpretativas y conservación de estructuras arqueológicas, indicó la arqueóloga Méndez.
Además, se realizaron acciones de arqueología preventiva y de rescate (zapatas y postes de energía eléctrica), actividades de conservación, restauración y limpieza en la acrópolis; en el obraje de añil, además del cambio de techo y la intervención con la arqueología de rescate, se llevó a cabo una jornada de limpieza dijeron los ponentes.
El arqueólogo Artiga explicó el proceso, desde el acondicionamiento de los espacios de trabajo hasta la adquisición de materiales especiales para la elaboración de ladrillos de adobe y pastas para la restauración de las estructuras.
El proyecto de conservación de las estructuras prehispánicas en la acrópolis se llevó a cabo bajo lineamientos y supervisión de la Dirección de Arqueología.
“Los sitios arqueológicos que han sido adecuados como parques abiertos a la visitación pública mantienen acciones orientadas a la puesta en valor del patrimonio cultural que los mismos resguardan”, indicó la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural.
El área nuclear del sitio arqueológico San Andrés está conformada por el grupo principal designado como acrópolis, la Gran Plaza ubicada al norte del grupo principal, la Estructura 5 conocida localmente como La Campana debido a su forma, así como otras estructuras de escala menor. Presenta evidencia de ocupación desde el Preclásico medio (900 A.C.-250 d. C.), con su momento de apogeo durante el Clásico tardío (600-900 d. C.).
