Vie. Abr 26th, 2024

Por Dra. Margarita Burgos

En este mundo tan frenético donde padres y madres muchas veces trabajan en horarios extendidos, la ayuda de los abuelos en la crianza de los hijos se vuelve poco menos que inevitable. Sin embargo, que los abuelos hagan de padres no es lo más conveniente. Salvo raras excepciones, los abuelos tienden a consentir a sus nietos ya que no sienten la necesidad de educarlos y mucho menos de ponerle límites. 

Si la razón por la que los niños quedan a cargo de los abuelos es por la falta de tiempo de los padres -ocupados en actividades laborales a tiempo completo-, una buena opción es escolarizar a los niños más temprano. Eso es preferible a dejar la crianza y cuidado a los abuelos. Por supuesto que los abuelitos tendrán sus momentos para consentir y darles amor a sus nietos, pero no puede ser “una fiesta eterna» para los nietos. 

Es que los roles de los padres y los abuelos son muy diferentes. En el caso de que no haya otra alternativa, los papás deben dejar claro a los abuelos qué tipo de educación quieren para sus hijos, de lo contrario solo conseguirán niños malcriados y hasta groseros con sus propios padres.  

Con bastante frecuencia podemos observar el conflicto entre padres y abuelos por las discrepancias sobre cómo se educa a los hijos. Sin embargo, los progenitores no siempre lo expresan públicamente. A veces una pareja se siente incapaz de objetar algo a sus padres porque sabe que les están ayudando en lo que pueden. 

 Al principio, y ante las circunstancias ya mencionadas, los propios padres confían en las capacidades de sus propios progenitores como educadores. Sienten que ese vínculo puede ser positivo para los pequeños. Sin embargo, desconocen el lado negativo y cuando lo descubren muchas veces es demasiado tarde. 

Un estudio realizado por los doctores Oliver W. Edwards y Vincent E. Mumford, publicado por la 

International Journal of Sociology and Social Policy, muestra que los niños que crecen en hogares con salto generacional, tienen más problemas emocionales y de comportamiento, menos años de escolarización y más problemas de aprendizaje. A su vez, los abuelos que crían a sus nietos tienden a experimentar niveles elevados de estrés que afectan negativamente su bienestar social, emocional y físico.

Además, un sondeo realizado en el C.S Mott Children’s Hospital, en Michigan, reveló datos interesantes sobre la salud infantil. Consultaron a 2,016 padres con hijos menores de 18 años y les preguntaron acerca del papel de los abuelos en la vida de sus hijos. La fuente más común de conflicto entre abuelos y padres en cuanto a los nietos es la disciplina: el 57% de los padres que indicaron haber tenido desacuerdos dijeron que estos fueron a causa de problemas de comportamiento. El 40% de los padres que indicaron haber tenido desacuerdos dijeron que se debieron a que los abuelos eran demasiado tolerantes con los nietos.

Lo mejor, como ya se ha dicho, es que padres y abuelos conserven sus roles tradicionales. Los primeros, a cargo de la educación de sus hijos; los segundos, mimando y consintiendo a sus nietos. Ambos aspectos, lejos de contraponerse, se complementan y le dan un equilibrio a la armonía familiar.

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