Dom. Nov 9th, 2025

Día a Día News

Dormir bien no significa lo mismo para todos, mientras algunas personas se sienten renovadas con seis horas de sueño, otras necesitan ocho y aún se levantan cansadas.

Un estudio reciente desafía la idea tradicional de “dormir bien o mal” y propone una visión más amplia: la forma en que dormimos puede reflejar nuestro estado emocional, la concentración y el equilibrio del cerebro.

La investigación, desarrollada por universidades de Canadá y Singapur, identificó cinco perfiles de sueño distintos, asociados con la salud mental, el rendimiento cognitivo y los hábitos de vida. El estudio analizó datos del proyecto Human Connectome, que incluyó a 770 adultos jóvenes sanos entre 22 y 36 años.

Los participantes respondieron cuestionarios, realizaron pruebas cognitivas y se sometieron a escáneres cerebrales, permitiendo descubrir patrones diferenciados de descanso y actividad neuronal.

El perfil 1, denominado sueño pobre y vulnerabilidad psicológica, agrupa a personas con insomnio, despertares frecuentes y fatiga diurna, acompañados de altos niveles de ansiedad y estrés.

El perfil 2, o resiliencia al sueño con afectación emocional, muestra individuos con síntomas de estrés o bajo ánimo, pero sin que estos afecten su percepción del descanso, aunque sí presentan deterioro en la atención.

El perfil 3, llamado uso de medicamentos y sociabilidad, se caracteriza por un consumo habitual de fármacos para dormir, buen funcionamiento social, pero menor rendimiento en memoria visual.

El perfil 4, o sueño corto y rendimiento disminuido, incluye a quienes duermen menos de siete horas y presentan dificultades de atención y lenguaje.

Por último, el perfil 5, sueño fragmentado y vulnerabilidad mental, se asocia a despertares continuos, ansiedad y consumo de sustancias como alcohol o tabaco.

Según los autores, uno de los hallazgos más relevantes es la relación entre cada perfil y la conectividad cerebral. A través de resonancias magnéticas, se observó que las personas con insomnio mostraban una hiperconectividad entre regiones del cerebro vinculadas con la emoción y el movimiento, lo que explicaría el estado de alerta constante típico de los trastornos del sueño.

El estudio, publicado en PloS Biology, concluye que no existe una única forma correcta de dormir, el descanso depende de múltiples factores, desde la genética hasta el entorno, y conocer el propio perfil podría ser clave para diseñar tratamientos personalizados que mejoren la calidad del sueño y, con ello, la salud mental y cognitiva.

Facebook Comments Box
Compartir esta nota
error: Contenido protegido