Jue. Oct 2nd, 2025

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El FC Barcelona se despidió el martes de la Liga de Campeones en una vibrante semifinal ante el Inter de Milán, que se llevó la eliminatoria con un global de 7-6. La derrota dejó al descubierto la gran asignatura pendiente del conjunto de Hansi Flick: la defensa. Sin embargo, también confirmó que el Barça ha vuelto a ser un protagonista serio en Europa, recuperando su identidad futbolística y mostrando una versión ofensiva deslumbrante.

El sueño de regresar a una final de Champions diez años después se desvaneció en el minuto 93, cuando un gol agónico de Francesco Acerbi envió el partido a la prórroga, donde Davide Frattesi sentenció el pase del Inter. Un duro desenlace para un Barça que, en varios tramos de la eliminatoria, desplegó un fútbol brillante y dominador, especialmente en la segunda mitad en San Siro, donde llegó a remontar un 2-0 hasta ponerse 2-3, a solo dos minutos de la final.

Bajo la batuta de Flick, el equipo ha vuelto a conectar con su ADN: posesión, presión, movilidad y talento joven. Jugadores como Pedri, Lamine Yamal, Dani Olmo y Raphinha ofrecieron actuaciones de altísimo nivel, especialmente en la vuelta. El dominio fue abrumador: 73% de posesión, 10 disparos (7 a puerta), tres goles y un xG de 1,54 solo en la segunda parte. Un vendaval azulgrana que recordó a las eras doradas de Guardiola y Luis Enrique.

A lo largo del torneo, el Barça ha sido el equipo más goleador (43 tantos, 3,1 por partido), superando con claridad a PSG, Dortmund y Bayern (31). Además, su regularidad desde la fase de grupos reafirma su regreso competitivo al máximo nivel europeo. Pero no todo ha sido positivo.

La gran sombra del proyecto ha sido su debilidad defensiva. Con 24 goles encajados, el Barça ha firmado su peor registro en Champions. Es el cuarto equipo más goleado de esta edición, con una media de 1,7 tantos por partido, que sube a más de tres en los últimos tres encuentros. La facilidad con la que sus rivales han generado y convertido ocasiones —un 63% de efectividad rival en remates a puerta— ha sido letal.

Este patrón ya se había repetido en eliminaciones dolorosas recientes, como las de Roma (2018), Anfield (2019) o París (2024). A pesar del crecimiento de jóvenes como Lamine Yamal, Pau Cubarsí, Casadó o Gerard Martín, y del liderazgo de veteranos como Ter Stegen (ausente gran parte del curso), Araujo o Koundé, la línea defensiva necesita una profunda revisión.

Aun así, el balance es alentador. Hansi Flick ha devuelto al Barça a la élite, ha relanzado a sus talentos y ha recuperado la esperanza de volver a ganar la ansiada sexta Champions. Con una defensa más sólida, el objetivo estará más cerca.

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