Vie. Mar 21st, 2025

El volcán de Fuego, uno de los más activos de Centroamérica, ha regresado este martes de madrugada a sus «parámetros normales», tras la fuerte erupción que comenzó la noche del domingo.

Sin embargo, las autoridades han hecho un llamado a la población a mantener medidas preventivas debido a la acumulación de material volcánico en las laderas y la persistente emisión de ceniza.

Según el último boletín del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH), la actividad del volcán se ha reducido a explosiones débiles y moderadas, con un rango de cinco a diez por hora. Estas explosiones continúan generando columnas de gas y ceniza que alcanzan altitudes de hasta 4,800 metros sobre el nivel del mar, lo que podría afectar la visibilidad aérea y la calidad del aire en comunidades cercanas.

A pesar de la reducción de la actividad eruptiva, el INSIVUMEH ha advertido que el abundante material volcánico depositado en las laderas representa un riesgo de derrumbes y flujos piroclásticos secundarios, especialmente en caso de lluvias. Por esta razón, la emergencia no se da por concluida completamente, y se mantiene la alerta en zonas vulnerables.

La erupción del domingo obligó a la evacuación de cientos de personas en comunidades cercanas, particularmente en las áreas más expuestas a la caída de ceniza y el flujo de lava. Las autoridades de protección civil y los cuerpos de emergencia han trabajado en la evaluación de los daños y en la asistencia a los afectados.

Por otro lado, el Ministerio de Educación ha anunciado la reanudación de las clases en las comunidades donde las actividades escolares fueron suspendidas el lunes debido a la emergencia. Se ha recomendado a los centros educativos seguir protocolos de seguridad y monitorear la calidad del aire para evitar afectaciones en la salud de los estudiantes.

Antecedentes y vigilancia continua

El volcán de Fuego, ubicado entre los departamentos de Sacatepéquez, Chimaltenango y Escuintla, es conocido por su actividad eruptiva constante, aunque en algunos casos ha registrado explosiones de gran magnitud con consecuencias devastadoras. Uno de los eventos más trágicos ocurrió en junio de 2018, cuando una erupción de gran intensidad provocó la muerte de cientos de personas y dejó a miles de damnificados.

Debido a su comportamiento impredecible, el INSIVUMEH y la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED) mantienen un monitoreo continuo del volcán y han recomendado a la población evitar acercarse a las zonas de riesgo, así como estar atentos a los comunicados oficiales.

Las autoridades han solicitado a los habitantes de comunidades cercanas usar mascarillas para protegerse de la ceniza volcánica, cubrir fuentes de agua y mantenerse informados sobre posibles evacuaciones en caso de reactivación de la actividad eruptiva.

Con estas medidas, Guatemala busca garantizar la seguridad de su población, minimizando los riesgos asociados a la actividad del volcán de Fuego, que sigue siendo una de las principales amenazas naturales en la región.

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