Sebastián Piñera, el dos veces expresidente de Chile que se enfrentó a una agitación social seguida de una pandemia en su segundo mandato, murió el martes en un accidente de helicóptero. Tenía 74 años.
La ministra del Interior de Chile, Carolina Tohá, confirmó la muerte del expresidente. No se dieron a conocer inmediatamente más detalles sobre la causa del accidente.
Sirviendo como presidente de 2010 a 2014 y de nuevo de 2018 a 2022, Piñera dirigió a la nación sudamericana durante los momentos de crisis, incluidas las secuelas de un terremoto y un tsunami de magnitud 8,8.
Ganó el foco de atención por el rescate de su administración de los mineros chilenos atrapados en 2010, y su gobierno durante la pandemia de coronavirus, cuando Chile se ubicó entre los cinco principales países en tasas de vacunación contra la enfermedad.
Su legado se ve empañado por la violenta represión policial en octubre de 2019 contra los manifestantes que se manifestaban contra los sistemas de educación, salud y pensiones del país que datan de la dictadura militar del país de 1973-1990. Una investigación de las Naciones Unidas alegó que la policía usó la fuerza «de manera inapropiada e indiscriminada» para herir a los manifestantes, y que el maltrato del gobierno a los detenidos equivalía a tortura.
El malestar social finalmente llevó a dos intentos de actualizar la constitución que se heredó del gobierno militar, pero ambos han fracasado.
La muerte de Piñera se produjo cuando Chile ya se estaba recuperando de incendios forestales masivos y mortales en la región central del condado.
El presidente chileno, Gabriel Boric, honró a Piñera en un discurso el martes por la tarde como un líder «que busca lo mejor para su país», destacando su gestión de la pandemia y otras emergencias. «Fue un demócrata desde el primer momento», dijo Boric.
La muerte también provocó una efusión de condolencias de líderes y ex líderes de toda América Latina, tanto de izquierda como de derecha.
El presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva escribió en X, anteriormente Twitter, que era triste que Piñera hubiera muerto tan «abruptamente».
«Trabajamos para fortalecer la relación entre nuestros países y siempre tuvimos un buen diálogo cuando ambos éramos presidentes, y también cuando no lo éramos», dijo.
El presidente argentino, Javier Milei, envió sus condolencias, al igual que su predecesora, Cristina Fernández de Kirchner.
«Como todo el mundo sabe, no tuvimos las mismas ideas, pero siempre estuvimos unidos por una relación de gran respeto: era un hombre de derechas pero profundamente democrático», dijo Fernández. «Recuerdo con cariño su sentido del humor y la calidez de su familia, a quien conocí en Chile».
Piñera era el propietario de la quinta fortuna más grande de Chile, estimada en unos 3 mil millones de dólares. Trabajó como académico en varias universidades durante casi 20 años y como consultor para el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial. Cuando cerró su tiempo en el cargo, había creado un estimado de 1 millón de puestos de trabajo.
Como hombre de negocios en la década de 1970 hasta la de 1990, trabajó en una variedad de industrias, incluidos los bienes raíces. Él tenía acciones en las principales compañías de aerolíneas, telecomunicaciones, bienes raíces y electricidad. También creó una de las compañías de tarjetas de crédito más grandes del país. En 2009, entregó la gestión de sus negocios a otros.
Entró en la política representando al centro-derecha, que era el apoyo civil del régimen militar. Sin embargo, cuando se desempeñó como senador independiente, votó en contra de la prórroga del dictador Augusto Pinochet (1973-1990).
Se postuló tres veces para presidente de Chile. En 2006, perdió ante la socialista Michelle Bachelet; luego, en 2010, derrotó al expresidente Eduardo Frei y fue elegido en 2010. Cuatro años más tarde, en 2018, ganó un segundo mandato de cuatro años después de derrotar a un izaquista independiente.
Doce días antes del comienzo de su primer mandato, un terremoto de magnitud 8,8 y un tsunami se cobraron la vida de 525 personas y devastaron la infraestructura del centro-sur de Chile.
La agenda del gobierno de Piñera se pospuso para asumir la reconstrucción de emergencia. En 2010, también dirigió el rescate sin precedentes de 33 mineros atrapados durante 69 días en el fondo de una mina colapsada en el norte del desierto de Atacama.
El rescate y las condiciones adversas a las que sobrevivieron los mineros captaron la atención del mundo. Una de las últimas publicaciones en las redes sociales del líder fallecido conmemoró su rescate.
Fue una canción para la vida que inspiró al mundo y mostró lo mejor de la fuerza de los chilenos y el alma de nuestra nación», escribió.
