Por : Jefferson García Campos
En los hospitales de Estados Unidos, los termómetros vuelven a subir, no solo por las fiebres, sino por la alarma: la temporada de gripe 2024-2025 ha sido una de las más graves de la última década. Las cifras estremecen: más hospitalizaciones, más muertes y, según datos oficiales, 281 niños perdieron la vida a causa de la influenza, el 90% de ellos sin haber recibido la vacuna.
El doctor Luis Romano, especialista en enfermedades infecciosas, destacó en la entrevista para Día a Día News que “la gripe puede ser potencialmente mortal. No es un simple resfriado y no hay que confundirlo con uno. Cada año, la influenza causa miles de hospitalizaciones y cientos de muertes, y muchas podrían evitarse con la vacuna”.
Romano explicó que la temporada de gripe suele extenderse de octubre a marzo, aunque puede prolongarse hasta abril. Este año ha mostrado una virulencia inusual, afectando con mayor severidad a adultos mayores, niños pequeños y mujeres embarazadas.
“El virus puede atacar el corazón, los pulmones e incluso el sistema nervioso. Hemos visto casos donde la influenza provoca inflamación cerebral. Es poco común, pero sumamente grave”, detalló.
Los síntomas —fiebre, tos, dolor muscular, dolor de garganta y dolor de cabeza— suelen confundirse con los del resfriado común e incluso con los del COVID-19, retrasando la atención médica y agravando las consecuencias.
“El tratamiento antiviral existe y puede ser muy efectivo, pero solo si se inicia pronto. Esperar a ver si mejora puede marcar la diferencia entre un cuadro leve y una hospitalización”, señaló Romano.
La comunidad hispana, entre la desinformación y la vulnerabilidad
Uno de los datos más preocupantes es la baja tasa de vacunación contra la gripe entre la población hispana en Estados Unidos. Factores culturales, económicos y, sobre todo, la desinformación han elevado el riesgo en este grupo.
“Muchos adultos hispanos creen que la vacuna no es necesaria o no saben dónde aplicársela”, explicó Romano para Día a Día News. “A eso se suma el temor a acudir a centros médicos por no tener seguro de salud, pero el mayor peligro es no hacerlo”.
Romano añadió que ciertos padecimientos más comunes en la población latina —como diabetes, obesidad o enfermedades cardíacas— aumentan el riesgo de complicaciones graves. “La influenza no distingue etnias, pero los factores sociales sí influyen en quién se enferma más y quién se recupera menos”, dijo. Por eso insistió en que vacunarse es un acto de amor y conciencia colectiva, un gesto que trasciende la protección individual.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan la vacunación anual para todas las personas mayores de seis meses. Aunque el momento ideal es antes de que termine octubre, el doctor Romano recordó que “nunca es demasiado tarde para protegerse”.
Además, hizo un llamado a mantener hábitos aprendidos durante la pandemia: lavarse las manos, cubrirse al toser, quedarse en casa si hay síntomas y evitar el contacto con personas vulnerables. “No es miedo, es responsabilidad”, subrayó.
Con el invierno acercándose y los virus respiratorios multiplicándose, la advertencia del doctor Romano resuena como una llamada a la acción. “No subestimemos la gripe —concluyó—. No es solo una molestia de temporada, es una amenaza real y prevenible”.
En un país donde la salud se debate entre acceso e información, la vacuna contra la influenza se levanta como la herramienta más poderosa para evitar que el invierno cobre más vidas de las necesarias.
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