Las autoridades de Estados Unidos han anunciado que durante el domingo 26 de enero, han detenido a 956 migrantes indocumentados y que ha cursado 554 solicitudes de retención por deportación a otras fuerzas de seguridad.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) ha informado de ello en su cuenta de la red social X como viene haciendo desde el pasado jueves, días después de que el nuevo inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, asumiera el cargo. Desde entonces, han detenido a un total de 2,373 personas migrantes sin estatus legal en el país y han cursado solicitudes para deportar a otras 1,797.
Horas antes, el organismo ha informado de que ha llevado a cabo junto a la Agencia Federal de Investigación (FBI) y otros cuatro entes públicos «operaciones específicas en Chicago para hacer cumplir la ley de inmigración de Estados Unidos y preservar la seguridad pública y nacional seguridad nacional manteniendo a los peligrosos fuera de nuestras comunidades».
Entre los casos destacados, se informó sobre cinco detenidos: tres en Florida y dos en Puerto Rico. Los detenidos en Puerto Rico son ciudadanos de la República Dominicana, uno acusado de violencia doméstica y otro de conducir bajo la influencia del alcohol.
En Florida, un ciudadano nicaragüense fue arrestado por múltiples cargos, que incluyen asalto agravado con un arma mortal, porte ilegal de un arma oculta, disparar un arma de fuego en público y conducir con una licencia suspendida.
En el norte de Texas culminó con la detención de 84 personas el pasado domingo, según informó el medio CBS News. Las acciones se desarrollaron en varias localidades, incluyendo Dallas, Fort Worth, Irving y áreas del condado de Collin, como parte de un esfuerzo continuo de las autoridades para abordar la inmigración irregular en la región.
Se anticipa que las cifras de deportaciones diarias aumenten en las próximas semanas como parte de una expansión de las operaciones migratorias en todo el país.