Sáb. Sep 20th, 2025

Por José Manuel Castillo Betances.
 
Si el propósito de la menguada comunidad internacional es lograr la paz en oriente próximo y
proscribir la odiosa guerra de más de 75 años Israel-Palestina, se deben superar dos aspectos del
conflicto: el odio ancestral y los designios religiosos de la historia.


Tomando en consideración que ambos pueblos, como todos los pueblos del mundo tienen derecho a
vivir en paz, estamos llamado a hacer una abstracción de sus riquísimas historias; particularmente la
hebrea cuyo momento más emblemático lo simboliza el gran Moisés 1300 años antes de Cristo, en
su pasaje de la emancipación de su pueblo de la esclavitud del faraón del Éxodo, Ramsés II de
Egipto, en tránsito hacia la tierra prometida.


Los hebreos teniendo como su primer rey a Saúl de la tribu de Benjamín en 1030-1010 a. C,
continúan sus rastros de victorias y caídas interminables hasta el año 164 a. C, época en que
Demetrio II, emperador de Siria, decretó su independencia política. Su movimiento judío de
liberación, los macabeos instauraron la dinastía asmonea, dando paso a la emancipación judía en la
tierra de Israel en todo un siglo. Misma que fuera comandada por Simón, sumo sacerdote y
comandante de los ejércitos judíos. Su era de esplendor y señorío llega a su ocaso con el dominio
del Imperio Romano, por el año 63 a. C, momento en que el general Pompeyo invadió la ciudad de
Jerusalén y sometió a la dinastía judía a la voluntad de Roma.


Un hecho revelador de la historia hebrea lo vemos en el hecho de que el emperador Ciro El Grande,
de Persia, (539 a. C), es quien auspicia el regreso a Jerusalén de los exiliados de Judá, quienes
morían de nostalgia por regresar a su lar nativo. Si me olvidara de ti, oh Jerusalén, mi diestra se paralice y mi lengua se pegue al paladar. El Emir persa promulgó el decreto de la liberación de
los judíos; después de que los asirios y babilonios indistintamente asaltaron y destruyeron los reinos
israelíes del norte y del sur respectivamente. Sin embargo, hoy los persas-iranies y los hebreos son
los pueblos con el mayor nivel de antagonismo político.


En ese contexto histórico conforme a diversos relatos, especialmente en su libro Memorias de
Adriano, quien fungía como el emperador romano, le prohíbe a los judíos visitar a Jerusalén;
procediendo a dar un nuevo nombre a la ciudad de Aelia Capitolina, y, de igual manera, judea paso
a ser nombrada como Palestina, que conforme a dicho relato el nombre de Palestina apareció por
primera vez, en el siglo II d. C. A partir de ese momento todas las comunidades de diversas etnias
fueron llamados palestinos, y, a la propia diáspora judía los antisemitas en el extranjero les inducían
a regresar a su Palestina. De modo, que ambos pueblos han gravitados en esa zona del medio
oriente próximo, con apenas una extensión de 24 mil kilómetros cuadrados; de los cuales Palestina
solo tiene precariamente seis mil y veinte kilómetros cuadrados, (6,020Km2).


En la era contemporánea, previo a la conclusión de la Primera Guerra Mundial, el Imperio Otomano
atrajo la inversión extranjera de la mano de migrantes judíos que dio paso al inicio del asentamiento
de millares de colonos en la tierra cuyos habitantes les llamaban palestinos, pero constituía la
misma tierra donde en épocas pasadas habitaban los hebreos. Con la migración de quienes añoraban
regresar a la llamada tierra prometida se inicia un proceso intensivo de desarrollo agrícolas e
industrial que fue abalado por el respaldo absoluto que más tarde dio el imperio ingles a los colonos
judíos, en perjuicios de los campesinos (Fellaheen) palestinos que paulatinamente tuvieron que
transferir en ventas sus tierras a los habitantes sionistas.

Es así, que concluida la primera guerra mundial en noviembre de 1918, la Liga de Naciones ante la
caída del Imperio Otomano coloca a Palestina bajo el protectorado del Imperio Británico; lo que
ante las decisiones de los ingleses de apoyar la transferencia de tierra a los nuevos colonos judíos,
genera en 1929 un gran levantamiento de los fellaheen por la falta de tierra y su crítica situación
socioeconómica. Situación que indujo a la reapertura del Banco Agrícola que operaba en la época
Otomana, a los fines de facilitar créditos a los campesinos como medio de compensación.


Todo este proceso traumático de coexistencia antagónicas de dos pueblos milenarios tiene dos
momentos de inflexión: Llegado el momento en que la Asamblea General de la ONU, en 1947,
aprueba la resolución 181, cuyo mandato se propuso hasta ahora inútilmente, dividir Palestina en
dos Estados, uno judío y otro árabe, con un régimen internacional especial para Jerusalén. El
segundo gran momento se produce cuando el Estado soñado por Theodor Herzl, emerge el 14 de
mayo de 1948, cuando David Ben-Gurion declara en Tel Aviv la independencia del nuevo Estado de
Israel; y, el inició técnicamente inmediato de la guerra con siete Estados árabes:


Egipto, Siria, Jordania, Líbano, Irak, Arabia Saudita y Yemen. Su ingenio y pragmatismo político lo
llevó a enfrentar la difícil tarea del rechazo de los pueblos árabes al nuevo Estado; y, se empeñó en
la difícil tarea de llegar a una reconciliación con quienes aspiraban a ocupar “el mismo pedazo de
tierra”. Se reconoce que Ben-Gurion estuvo adornado de una visión ampliamente realista, a pesar
del riesgo de exponerse a los ataques fanáticos de sus adversarios políticos, tanto de las corrientes
judías religiosas como de la derecha sionista. 


En 1993 en el marco de los acuerdos de Oslo, se reveló el drama de Gaza donde los colonos judíos
ocupaban el 40% del territorio con las mejores tierras de regadío, mientras un millón de palestinos
contemplaba hacinados en condiciones infrahumanas. En cuyo conclave se evidencio la
determinación de la comunidad internacional de encontrar una solución al conflicto. Luego, la
situación se degradó al paso de la designación de Benjamín Netanyahu como primer ministro.
Elegido por escasos margen por una población traumatizada a causa de los efectos de los odiosos
atentados islamistas. Mismo que conforme a diversas fuentes arruinó el proyecto de paz y
multiplicó las incursiones.


En el texto Geopolítica del Caos se ilustra que las expectativas de solución al conflicto Israel-
Palestina, se consolidó ante las gestiones diplomáticas encaminadas por actores de primer nivel
como Estados Unidos, Unión Europea, Rusia y los principales países árabes, desde la Declaración
de la Cumbre Europea de Venecia en 1980; la Cumbre de Madrid de 1991; la conferencia Euro
mediterránea de 1995; sumado a la declaración de Ámsterdam de 1997; y, de Cardiff de 1998;
escenarios en los cuales la comunidad internacional ha procurado elevar sus compromisos ante las
negociaciones de Paz.


Sin embargo, el anhelado tema de la paz no ha superado las meras declaraciones, algunas
esperanzadora como la planteada a su visita a Paris del ex Ministro de Relaciones Exteriores israelí,
Ariel Sharon, quien se le reconoció de la línea dura, no obstante, planteó a mediado de enero de
1999, que “la idea de un Estado palestino era factible, a condición de que fuese objeto de
negociaciones.”


Desafortunadamente, tan alentadora situación no se vive hoy a treinta años de distancia de aquellos
días esperanzadores de Oslo y aciagos a la vez; ante el vil y cobarde ataque del Movimiento
Islamista de Resistencia, (Hamas), en contra del pueblo de Israel, donde civiles inocentes perdieron
sus vidas y otras víctimas de secuestros. Lo que indefectiblemente ha traído una respuesta
desproporcionada de las autoridades israelitas en la cual por la magnitud de ésta también han caído
víctimas inocentes, y, una vez más la desgracia de la guerra se exhibe en su lado más oscuro como

se evidencia ante la también cobarde e inhumana destrucción de un hospital en Gaza, en donde más
de 800 niños y adultos cayeron víctimas del poder destructivos de las armas; sin que hasta ahora se
oficialice quien disparo el mortal misil.


No obstante, en la complejidad del escenario de guerra sin cuartel, vale la pena preguntarse, ¿cómo
se explica que se le haya colocado un gol tan destructivo al MOSSAD?, uno de los organismos de
inteligencia más bien afinado en la humanidad, expertos por excelencia en espionaje y
contraterrorismo. Y, que siempre ha dado muestra de dominio del territorio con pleno conocimiento
como se ha revelado de las localizaciones de los principales líderes de Hamas, habiendo utilizado
técnica de liquidación con absoluta precisión; así como su peritaje en la fraguada lucha en los
enmarañados túneles de Hamas. 
 
Igual, es válido preguntarse, si la altísima tasa de rechazo del régimen de Benjamín Netanyahu, en
víspera de las elecciones no constituye una mala jugada a la Paz. También, debería Netanyahu
reconocer que Hamas es una organización política paramilitar con carácter yihadista ultra radical
hostil a la Organización para la Liberación de Palestina, (OLP), y que opera de espalda a la
voluntad de la misma. 
 
Por consiguiente, aplastar a civiles indefensos lo coloca en la misma trayectoria del terror de
Hamas. Israel cuenta con la capacidad para ser selectivo en la persecución de los terroristas de
Hamas responsables del recién ataque inhumano en la ciudad portuaria de Ashkelon, en el sur de
Israel, próximo a la frontera con la franja de Gaza. La ley del talión solo perjudica y crucifica a los
pueblos indefensos.
 
Sin duda, que al momento de Israel decidir desplazar sus tropas y colonos de la Franja de Gaza hace
ya unos 18 años, disminuyó la fuente informativa de inteligencia sobre el acontecer en el terreno. El
mantenimiento de la referida política revela que el régimen de Netanyahu subestimó la capacidad
operativa de Hamas. 
 
A ello se le suma el hecho de que Israel reconfiguró su sistema de defensa enviado tropas para el
resguardo de las zonas semiautónomas de Cisjordania, que están ocupada por Israel, donde
parcialmente gobierna Fatah- Movimiento Nacional de Liberación Palestina. Lo que dio lugar a que
el Jefe de Estado israelita “recibiera varias advertencias de sus jefes de defensa, así como de varios
exdirectores de las agencias de inteligencia del país, sobre que el divisivo plan estaba erosionando
la cohesión de los servicios de seguridad del país”.
 
Todo ello ocurría mientras los milicianos de Hamas se organizaban para el ataque mortal, sin
aparentemente permitir la más mínima filtración. Evidenciando que la visión fundamental de
Hamas de destruir el Estado de Israel, aún se mantiene en el imaginario de esta organización. Por
consiguiente, condenar como al efecto condenamos la fatalidad de la guerra en oriente próximo,
procurando evitar a toda costa una escalada regional que implique la participación de Irán, Siria,
Irak, Egipto y Arabia Saudita, lo que nos llevaría a una catástrofe mayor. Por ello, valoramos los
esfuerzos en el marco de la diplomacia preventiva puesto en marcha por líderes mundiales como
Joe Biden, quien en su visita ha dado un espaldarazo a Israel, y, a su vez ha dejado caer la idea de
atender la demanda de un Estado para Palestina, y Vladimir Putin, quien se comunicó con Iran,
Siria y Egipto, la contraparte árabe, así como con el propio Benjamín Netanyahu, a los fines de
contener una posible escalada.

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