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EEUU–El Departamento de Defensa de Estados Unidos anunció el retiro de cerca de la mitad de los efectivos de la Guardia Nacional de California que fueron desplegados en Los Ángeles el mes pasado.
La medida marca un giro en el controvertido despliegue militar ordenado por el presidente Donald Trump, en respuesta a una serie de protestas contra las redadas migratorias en la región.
Según el vocero del Pentágono, Sean Parnell, la decisión implica la desmovilización de aproximadamente 2,000 soldados pertenecientes a la 79ª Brigada de Infantería de Combate.
“Gracias a nuestras tropas que respondieron al llamado, la anarquía en Los Ángeles está disminuyendo. Por ello, el Secretario ha ordenado su retirada de la misión de protección federal”, indicó el portavoz en un comunicado.
El despliegue inicial incluyó a unos 4,000 miembros de la Guardia Nacional y 700 infantes de marina en servicio activo. Fue ordenado por Trump a principios de junio, luego de que miles de manifestantes salieran a las calles en protesta por una serie de operativos migratorios realizados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Una de las manifestaciones más visibles tuvo lugar frente a una tienda de Home Depot en la ciudad de Paramount.
A pesar de la amplia cobertura mediática y la circulación de videos de vehículos vandalizados —incluidos automóviles de la empresa de conducción autónoma Waymo incendiados—, los disturbios se limitaron a unas pocas cuadras del centro de Los Ángeles. La policía local reportó el lanzamiento de objetos como concreto y botellas, pero los episodios de violencia fueron esporádicos.
Desde el inicio, la medida generó tensión entre el Gobierno federal y las autoridades estatales. Trump describió a los manifestantes como “insurrectos”, “criminales” y “saqueadores”, una narrativa que fue cuestionada por líderes demócratas, entre ellos el gobernador de California, Gavin Newsom.
“Durante más de un mes, la Guardia Nacional ha estado alejada de sus familias, comunidades y trabajos civiles para servir como piezas políticas del Presidente en Los Ángeles”, expresó Newsom en una declaración difundida tras el anuncio del Pentágono.
El mandatario estatal también criticó que los efectivos aún en el terreno “siguen sin una misión clara, sin dirección y sin esperanza de regresar a ayudar a sus comunidades”.
Esta no es la primera señal de reducción del contingente militar. A inicios de julio, el Pentágono ya había comenzado un retiro limitado con la salida de 150 elementos. Sin embargo, hasta la semana pasada, aún permanecían cerca de 4,000 soldados en Los Ángeles y sus alrededores.
El despliegue militar ha sido blanco de críticas por parte de organizaciones defensoras de los derechos civiles, que lo consideran una respuesta desproporcionada a las manifestaciones. Si bien las protestas masivas han disminuido en tamaño, las acciones de resistencia contra ICE han adoptado formas más organizadas, como plantones y vigilias.
Entre las intervenciones más recientes se reportaron operativos en el Parque MacArthur, en pleno centro de Los Ángeles, y en al menos dos granjas de cannabis en otras regiones del estado. ICE ha continuado con sus actividades en California pese al rechazo de varios funcionarios locales y estatales.
Con la reducción del número de tropas en terreno, el gobierno federal parece dar señales de distensión. Sin embargo, persisten las dudas sobre el papel de las fuerzas militares en escenarios de protesta ciudadana y sobre la legalidad de su uso en contextos civiles sin un mandato claro.
Mientras tanto, la situación en Los Ángeles sigue bajo observación, tanto por parte del Gobierno estatal como de organizaciones defensoras de derechos humanos, que exigen transparencia en los operativos y una revisión de la estrategia federal de seguridad interna.