la senadora estadounidense Jeanne Shaheen (D-NH), miembro de mayor rango del Comité de Relaciones Exteriores del Senado , envió una carta al Secretario del Tesoro Scott Bessent y al Secretario de Estado Marco Rubio pidiendo respuestas sobre la decisión de la Administración Trump de proporcionar un rescate de 20 mil millones de dólares a Argentina.
En la carta, la miembro de mayor rango Shaheen planteó preguntas sobre cómo se gestó este acuerdo de línea de swap de divisas y, en particular, por qué Argentina se consideró de «importancia sistémica» para el sistema financiero global, mientras que la Administración aplica aranceles y sanciones a Brasil, un socio comercial más grande y estratégico de Estados Unidos. También insistió en la necesidad de que los secretarios colaboren con el Congreso al considerar rescates multimillonarios a países extranjeros con fondos públicos para garantizar que protejan los intereses de los estadounidenses.
“La escala sin precedentes, el momento oportuno y la falta de transparencia o condicionalidad de estos compromisos financieros que utilizan dinero de los contribuyentes estadounidenses plantean preguntas críticas”, escribió el senador.
“El momento del anuncio de la Administración, a pocas semanas de las elecciones legislativas argentinas, puede interpretarse como una interferencia en el proceso electoral de otro país”, continuó el senador. “Una alternativa más eficaz y fiscalmente prudente, que no levantaría tales sospechas, sería condicionar el rescate al cumplimiento por parte de Argentina de criterios clave de su programa actual con el Fondo Monetario Internacional (FMI), como objetivos vinculantes de acumulación de reservas internacionales y flexibilidad cambiaria”.
“En la situación actual, el rescate propuesto por la Administración a la economía argentina probablemente apuntalará a un aliado político cercano de la Administración y proporcionará una gran ganancia inesperada a los fondos de cobertura y grandes inversores estadounidenses, mientras que los productores de soja estadounidenses que siguen perdiendo ventas a Argentina y las pequeñas empresas estadounidenses que buscan el pago de impagos anteriores no son priorizados”, concluyó el Senador. “Le insto a colaborar estrechamente con el Congreso para abordar estos asuntos y a presentar un informe al Comité de Relaciones Exteriores del Senado que explique cómo esta ayuda: a) forma parte de una estrategia integral que promueve los intereses nacionales de Estados Unidos; b) establece condiciones claras para el reembolso; c) promueve reformas estructurales sostenibles en Argentina; y, lo más importante, d) incluye salvaguardas significativas para proteger a los contribuyentes estadounidenses”.


Estimados Secretario Bessent y Secretario Rubio:
Les escribo en relación con el reciente anuncio de la Administración Trump de un apoyo financiero estadounidense sin precedentes para Argentina de cara a las próximas elecciones intermedias, en concreto la compra de pesos argentinos en el mercado cambiario y el establecimiento de una línea de swap de divisas de 20.000 millones de dólares entre el Fondo de Estabilización Cambiaria (FSE) del Tesoro y el Banco Central de Argentina. Entiendo la importancia estratégica de apoyar a un gobierno de nuestro hemisferio que impulsa las reformas económicas necesarias y una mayor alineación con Estados Unidos. Sin embargo, la magnitud, el plazo y la falta de transparencia o condicionalidad sin precedentes de estos compromisos financieros con fondos públicos estadounidenses plantean interrogantes cruciales.
Si bien apoyo el uso de las herramientas tradicionales de asistencia estadounidense para contribuir a la creación y el mantenimiento de mercados estables y abiertos en todo el mundo, la propuesta de la Administración para Argentina carece de condicionalidad básica y de supervisión de los fondos públicos estadounidenses. Una condicionalidad estricta y garantías de reembolso han sido cruciales en intervenciones anteriores del Fondo de Apoyo Económico (FSE) en países extranjeros, y la ausencia de estas salvaguardias en este caso crea un riesgo significativo de que los fondos del FSE se agoten rápidamente en un esfuerzo insostenible por apuntalar el peso argentino, que ya parece sobrevaluado. Este es un riesgo que Estados Unidos no debería subestimar, dado el problemático historial de impagos de préstamos del gobierno argentino, incluyendo su incapacidad para resolver más de 39,7 millones de dólares en deuda pendiente con TIG Insurance Company y su empresa matriz, Riverstone Group, con sede en Manchester, New Hampshire.
Como saben, este compromiso representa la primera intervención estadounidense en el mercado cambiario en más de una década y el mayor uso del FSE para rescatar a un país extranjero desde la década de 1990 con México. Sin embargo, la Administración no ha podido justificar por qué ha clasificado a Argentina como de «importancia sistémica». Esta consideración contrasta con la política exterior y económica de la Administración hacia Brasil —un socio comercial más grande y estratégico de Estados Unidos—, que actualmente enfrenta altos aranceles y sanciones. Cabe destacar que Estados Unidos también ha mantenido un superávit comercial con Brasil desde 2007.
El momento del anuncio de la Administración, a pocas semanas de las elecciones legislativas argentinas, puede interpretarse como una interferencia en el proceso electoral de otro país. Una alternativa más eficaz y fiscalmente prudente, que no levantaría tales sospechas, sería condicionar el rescate al cumplimiento por parte de Argentina de criterios clave de su programa actual con el Fondo Monetario Internacional (FMI), como objetivos vinculantes de acumulación de reservas internacionales y flexibilidad cambiaria.
En la situación actual, el rescate propuesto por la Administración a la economía argentina probablemente apuntalará a un aliado político cercano de la Administración y proporcionará una importante ganancia inesperada a los fondos de cobertura y grandes inversores estadounidenses, mientras que los productores de soja estadounidenses que siguen perdiendo ventas a Argentina y las pequeñas empresas estadounidenses que buscan el pago de impagos anteriores no serán priorizados. De cara al futuro, le insto a colaborar estrechamente con el Congreso para abordar estos asuntos y a presentar un informe al Comité de Relaciones Exteriores del Senado que explique cómo esta ayuda: a) forma parte de una estrategia integral que promueve los intereses nacionales de Estados Unidos; b) establece condiciones claras para el reembolso; c) promueve reformas estructurales sostenibles en Argentina; y, lo más importante, d) incluye salvaguardas significativas para proteger a los contribuyentes estadounidenses.
Gracias por su tiempo y atención.