En un mundo donde la incertidumbre parece constante, cada vez más personas buscan una nueva forma de equilibrio: la estabilidad radical .
Este concepto no habla de perfección, sino de estabilidad intencional . Significa construir una vida con hábitos consistentes, establecer límites sanos, adoptar rutinas que nutran el cuerpo y la mente, y dar espacio al autocuidado. Es, en esencia, una manera de reconectar con lo que nos sostiene.

Después de años de cambios acelerados, pandemia y sobrecarga digital, elegir la estabilidad es un acto de cuidado profundo. Es elegir lo esencial frente a lo urgente. Lo real frente a lo efímero.
Algunas prácticas sencillas que promueven esta estabilidad:
· Establecer horarios regulares de sueño y comidas.
· Caminar 20 minutos al día sin dispositivos.
· Cree una rutina matutina que incluya estiramiento o meditación.
· Poner límites al uso del celular (como apagarlo una hora antes de dormir).
Reserva un momento a la semana para actividades que te reconecten: leer, escribir, cocinar, conversar sin prisas.
Porque cuando cultivamos estabilidad por dentro, enfrentamos el mundo con más claridad, energía y compasión.