Vie. Mar 21st, 2025

El presidente de EE.UU., Donald Trump, revocó una orden ejecutiva emitida en febrero de 2024 por su predecesor Joe Biden, la cual exigía que los países que reciben armas estadounidenses garantizaran que su uso no violara el derecho internacional humanitario (DIH).

La decisión, reportada por The Washington Post, ha generado reacciones encontradas, especialmente en el contexto de la ofensiva israelí en Gaza y el tráfico de armas hacia México.

La orden revocada, conocida como NSM-20, fue implementada por Biden en medio de crecientes críticas al uso de armamento estadounidense en conflictos internacionales. La norma exigía que los países aliados proporcionaran garantías creíbles y verificables de que no utilizarían armas estadounidenses para cometer violaciones a los derechos humanos.

El senador republicano Jim Risch, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores, celebró la revocación y la calificó como «una excelente noticia», argumentando que la política de Biden buscaba «avergonzar a Israel y a otros aliados» en lugar de fortalecer la seguridad nacional.

Por otro lado, Christopher Le Mon, exfuncionario de derechos humanos del Departamento de Estado bajo la administración Biden, advirtió que la medida envía un mensaje peligroso. «Lo único que hace la administración Trump al eliminar la NSM-20 es decirle al mundo que no le importa cómo se utilizan las armas estadounidenses, sin importar cuán ilegal o inmoral sea», declaró al Washington Post.

El informe citado por el periódico señala que existían indicios razonables de que Israel había utilizado armamento estadounidense en Gaza de una manera que violaba el DIH, aunque EE.UU. no pudo llegar a una «conclusión definitiva» por falta de información suficiente.

Impacto en México: La lucha contra el tráfico de armas

La revocación de la NSM-20 también impacta en las negociaciones entre EE.UU. y México, que buscan frenar el tráfico de armas hacia el país latinoamericano.

El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, aseguró el 14 de febrero que ambas naciones estaban trabajando en un plan conjunto para detener el flujo ilegal de armas y que pronto se darían más detalles al respecto.

Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, informó que su gobierno evalúa ampliar la demanda contra fabricantes y distribuidores de armas en EE.UU., debido a que el 74 % de las armas incautadas en México tienen origen estadounidense, según un informe del Departamento de Justicia publicado en enero de 2025.

“Si EE.UU. reconoce que el 74 % de las armas decomisadas en México provienen de su territorio y decide catalogar a los grupos criminales como terroristas, entonces las empresas armamentistas podrían ser consideradas cómplices”, advirtió Sheinbaum.

El informe del Departamento de Justicia también analizó las exportaciones de armas a Colombia, Irak, Kenia, Nigeria, Somalia y Ucrania, destacando la falta de control en la supervisión de su uso final.

La decisión de Trump podría generar repercusiones en la relación de EE.UU. con sus aliados, especialmente en regiones donde el suministro de armas estadounidenses ha sido cuestionado, como Oriente Medio, África y América Latina.

Mientras que el gobierno republicano defiende que la medida fortalece la posición estratégica de EE.UU. y evita «restricciones innecesarias», organizaciones de derechos humanos alertan sobre el riesgo de que armamento estadounidense sea utilizado en crímenes de guerra y violaciones a los derechos humanos.

A medida que avanzan las negociaciones con México y otras naciones afectadas por el tráfico de armas, la eliminación de la NSM-20 abre un nuevo frente en el debate sobre el papel de EE.UU. en la regulación del comercio internacional de armamento y su impacto en conflictos globales.

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