Jue. Abr 25th, 2024
Una luz nueva

(Es la conexión con la sublime sabiduría, la que nos pone alas y nos
ubica en la buena orientación, para huir de las huellas que nos marcan
las usuras).

I.- CON EL PODER

Jamás es sólida la alianza con el poder,
todo lo licua en una mezquina utilidad,
de intereses que simulan ser honrados;
ejerciendo una superioridad que hiere,
mediante la práctica ciega de la doblez.
Hay que cuidarse de acceder al vicio,
que nos absorbe y nos tritura el alma;
necesitamos despojarnos del orgullo,
retornar al níveo aire de la humildad,
donde todo se modula por la nobleza.
Uno debe ser tan claro como el albor,
que es lo que en verdad une y reúne,
que es lo que nos alienta y alimenta,
que es lo que nos acerca al Redentor,
engrandeciéndonos en su indigencia.

II.- CON LA VIDA

La vida es una continuidad de pulsos,
y un encadenamiento al soplo divino;
pues todo está en alianza perdurable,
con la profunda liturgia de la palabra,
y con la fecunda fidelidad al Creador.
Todo tiene que hacerse y rehacerse,
que pulirse y empaparse de mística,
despojarse de míseras mundanidades,
para restituir con ese espíritu celeste,
aquello que nos circunda y estremece.
Tenemos que despertar en comunión,
revertirnos en hogar y crecer hondo,
en complacencia con el tañer del día,
pues no hay mayor ahogo que negarse,
a ofrecer savia o a morir estando vivo.

III.- CON EL MUNDO

Acompasarse y sentirse acompañado,
en comunión y en alianza con todo,
es la luz precisa para un latir nuevo,

encaminado a servir, no a servirnos,
pues el porqué de existir es auxiliar.
Precisamos esa conciencia armónica,
recubierta sobre las entretelas del ser,
y hallarnos próximos a todo prójimo;
para vernos como parte del acuerdo,
y tanto en el decir como en el hacer.
Nuestro mundo es un mundo herido,
por esa falta de amor entre análogos,
de vacíos y de inexistencia de caricias,
que tan sólo Dios que está en nosotros,
alcanza mover y remover para remar.

Víctor Corcoba Herrero

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