A todos nos ha pasado que en algún punto, de tanta actividad y estrés laboral; de pronto sucumbimos ante ciertos desarreglos que usualmente no cometeríamos, o simplemente; un día despertamos sin más ganas que simplemente hacer absolutamente nada.
A mí en lo particular me ha costado llevar el tiempo de ocio, pues tenía una noción bastante errada de él. Sentía que si no hacía nada estaba perdiendo horas valiosas. Me asentaba fatal y buscaba ocuparme.
Afortunadamente me he dado cuenta de mi error, y aunque sigo trabajando en no sentirme mal por detenerme un día, y me he permitido tomar un respiro sin remordimientos de conciencia, también he notado lo fructífero que es cuando cometo un desarreglo en mis horarios, y no claudico ante la tentación de quedarme en casa sin hacer nada, gracias a una técnica llamada “acción opuesta”.
Su razonamiento es bastante sencillo: consiste en actuar de lo que contrariamente desearíamos hacer cuando nos sentimos desanimados, sin energía y con cero de ganas de hacer nada más.
Ten en cuenta que estas acciones deberás llevarlas a cabo solo en aquellos días en los que sientas que el hastío te está ganando, y que por supuesto, no exista en ti alguna condición que requiera evaluación terapéutica.
Una de las maneras en las que puedes ayudarte en esos días en los que no quieres salir de la cama, es justamente yendo a caminar un rato. Cuando nuestro cuerpo se ejercita libera serotonina, la cual nos ayuda a mejorar cuando nuestro ánimo está decaído.
Otra opción que puedes tomar es llamar a un amigo o familiar querido. ¡Qué bien nos pueden reconfortar unas palabras de aliento cuando no tenemos energía! Una buena charla con una persona que apreciamos, puede ayudarnos a levantar nuestra actitud por completo.
Considera que en una situación así, también puede ser de gran ayuda sentirse de utilidad para otra persona. Aférrate al servicio al otro como un salvavidas para momentos en los que crees que te fallan las ganas de continuar remando,
pues la bondad es una gran herramienta, la cual nos permite encontrarle una razón a lo que hacemos.
Y si a pesar de haber descansado, o si a pesar de hacer estas actividades aún no sientes que la motivación llega a ti, busca ayuda profesional.
Cuida tu salud mental.