El presidente , Nayib Bukele, anunció el domingo que, gracias al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno inyectará $1,000 millones en liquidez adicional a la economía nacional en los próximos días.
Este monto, que representa aproximadamente el 2.8% del Producto Interno Bruto (PIB), se destinará a pagos anticipados a micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES), adelantos a proveedores y amortización de créditos internos.
El acuerdo con el FMI, aprobado en febrero de este año, contempla un financiamiento total de $1,400 millones a través de un programa de consolidación fiscal bajo el Servicio Ampliado del FMI. Este programa incluye reformas en la administración pública y en el sistema de pensiones, con el objetivo de corregir desequilibrios estructurales y fortalecer la sostenibilidad fiscal del país.
Según el comunicado del FMI, el programa apoyado por el Fondo se basa en una ambiciosa consolidación fiscal favorable al crecimiento, encaminada a situar la deuda pública en una firme senda descendente y a crear colchones fiscales.
La consolidación se apoya en el aumento de la eficiencia del gasto público y reformas de la función pública y el sistema de pensiones, al tiempo que se protege el gasto social y de infraestructura prioritarios.
Es importante destacar que, aunque el acuerdo total es por $1,400 millones, el desembolso inicial inmediato fue de $113 millones. El próximo desembolso está programado para el 5 de mayo de 2025 y también será de $113 millones.
Esto ha generado cuestionamientos sobre la fuente de los $1,000 millones anunciados por el presidente Bukele, ya que no está claro de dónde provendrán estos fondos adicionales.
Además, el acuerdo con el FMI incluye compromisos por parte del Gobierno salvadoreño para mejorar la transparencia, la rendición de cuentas y la lucha contra la corrupción, incluyendo la implementación de una nueva ley anticorrupción y mejoras en la gestión de las finanzas públicas.
En resumen, la inyección de $1,000 millones anunciada por el presidente Bukele busca dinamizar la economía salvadoreña a corto plazo, apoyando a las MIPYMES y fortaleciendo el flujo de capital en el mercado interno.
Sin embargo, persisten dudas sobre la procedencia de estos fondos y la capacidad del Gobierno para cumplir con los compromisos adquiridos en el marco del acuerdo con el FMI.