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ElSalvador–La Fiscalía General de la República (FGR) confirmó este miércoles 16 de julio que fueron localizados restos óseos en una zona de difícil acceso del volcán Chinchontepec. Todo apunta a que pertenecen al profesor Enrique Peña Aguilar, quien fue reportado como desaparecido el pasado 16 de abril tras una excursión a la cima del coloso.
El hallazgo fue posible luego de una prolongada operación de búsqueda que involucró a elementos de la Fuerza Armada, la Policía Nacional Civil y el Cuerpo de Bomberos, apoyados por cuerpos de socorro como Comandos de Salvamento y Cruz Verde. El terreno escarpado, la densa vegetación y las condiciones climáticas adversas complicaron durante meses la localización del educador.
En el operativo se utilizaron equipos especializados en descenso por cuerdas, drones, sobrevuelos y análisis satelital del área. Según las autoridades, el lugar exacto donde se encontraron los restos humanos es de muy difícil acceso, lo que habría dificultado su localización desde el primer momento.
Las osamentas fueron trasladadas al Instituto de Medicina Legal (IML), donde serán sometidas a estudios científicos para confirmar la identidad mediante pruebas genéticas. También se espera determinar la causa exacta de muerte, un dato clave para establecer si se trató de un accidente o si existieron otras circunstancias.
Enrique Peña Aguilar, de 59 años, era un docente conocido y apreciado en la comunidad de Zacatecoluca. Según el reporte inicial, desapareció mientras ascendía el volcán Chinchontepec en compañía de un grupo de excursionistas. En un momento del recorrido, Peña se habría separado del grupo, y no volvió a ser visto. En un inicio se pensó que otras personas también estaban extraviadas, pero posteriormente se confirmó que él era el único no localizado.
La desaparición del profesor causó una profunda preocupación tanto en su entorno familiar como en la comunidad educativa donde impartía clases. Durante varias semanas, amigos, colegas, alumnos y vecinos se unieron a las tareas de búsqueda, manteniendo la esperanza de hallarlo con vida.
El caso tomó un giro aún más trágico cuando, en medio de la incertidumbre por su paradero, se dio a conocer el fallecimiento de su madre, Mercedes, noticia que aumentó la carga emocional para su familia y quienes lo conocían.
Durante la búsqueda, las autoridades siguieron diversas pistas naturales, como rutas de animales, movimientos de aves de rapiña e incluso olores en la zona, pero ninguna condujo directamente al paradero del profesor hasta ahora.
La Fiscalía ha señalado que los análisis forenses serán fundamentales para esclarecer los hechos. Mientras tanto, la comunidad espera una confirmación oficial para brindar el último adiós a un hombre que, más allá de su labor como docente, era considerado un apasionado de la montaña y un ciudadano comprometido con su entorno.
El hallazgo cierra una etapa marcada por la incertidumbre, pero también abre otra: la búsqueda de respuestas. La familia de Enrique Peña ha solicitado respeto y privacidad en estos momentos, mientras esperan los resultados que puedan ofrecerles un cierre definitivo.