Estados Unidos respaldó la propuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de llevar a cabo una nueva investigación para determinar el origen del coronavirus.
“Estados Unidos apoya los planes de la OMS de realizar estudios adicionales sobre los orígenes de la COVID-19, incluso en la RPC (NdR: República Popular China), para comprender mejor esta pandemia y prevenir otras futuras”
señaló el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken en sus redes sociales.
“Hablamos de salvar vidas poniendo fin a esta pandemia y avanzando en la seguridad sanitaria mundial”,
manifestó Blinken sobre la reunión que sostuvo con el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Cabe señalar que el jefe de la diplomacia norteamericana reiteró la necesidad de investigar nuevamente, una semana después de que el régimen de China se negara a colaborar con el organismo internacional
Ante esto, el viceministro de la Comisión Nacional de Salud, Zeng Yixin, dijo estar sorprendido por la propuesta de una nueva evaluación para descartar la teoría de que el SARS-Cov-2 salió de un laboratorio, postura que el gobierno de Biden ha calificado como «irresponsable» y «peligrosa».
“Estamos profundamente decepcionados. Su postura es irresponsable y, francamente, peligrosa”, s
sostuvo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
De acuerdo a la propuesta presentada a Beijing, la segunda fase de las investigaciones de la OMS incluiría analizar mercados y laboratorios en Wuhan, la ciudad donde se detectaron los primeros brotes del virus.
Yixin calificó la propuesta de la OMS de “arrogante” y “carente de sentido común” y pidió a la organización que despoje sus labores de “injerencias políticas”.
Al respecto, Psaki subrayó que es “crucial” que China proporcione acceso a “datos y muestras” en su territorio para que el mundo pueda “entender” lo que ocurrió y “prevenir la próxima pandemia”.
“Esto se trata de salvar vidas en el futuro, y este no es el momento de obstruir” las pesquisas de la OMS,
agregó la portavoz del presidente Biden.
Por su parte Ghebreyesus aseguró que conocer el origen del coronavirus “es una deuda pendiente con millones de personas que lo han sufrido”.
