Este 26 de enero se presentaron dos cargos en un tribunal federal contra un farmacéutico de Wisconsin, por intentar hacer que cientos de dosis de la vacuna COVID-19 fueran ineficaces, por lo que el acusado acordó declararse culpable de cada uno de ellos, lo que conlleva una pena máxima de 10 años de prisión.
Según documentos judiciales presentados en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos, para el Distrito Este de Wisconsin, Steven R. Brandenburg, de 46 años, de Grafton, Wisconsin, fue acusado de dos cargos por el intento de manipular productos de consumo sin tener en cuenta el riesgo de que otra persona lo haga, estar en peligro de muerte o lesiones corporales.
Los documentos detallan que Brandenburg quitó intencionalmente una caja de viales de vacuna COVID-19 fabricados por Moderna, que deben almacenarse a temperaturas frías específicas, para seguir siendo viable, con la intención de inertizar las vacunas y dejar de ser eficaces, esto mientras trabajaba como farmacéutico en un hospital en Grafton, Wisconsin, en dos turnos sucesivos de la noche a la mañana a fines de diciembre.
De acuerdo con lo que declaró Brandenburg él es escéptico de las vacunas en general y de la vacuna Moderna en particular, y anteriormente había comunicado sus creencias sobre las vacunas a sus compañeros de trabajo durante al menos los dos últimos años.
Asimismo, relata que después de dejar las vacunas durante varias horas cada noche, Brandenburg devolvió las vacunas al refrigerador para usarlas en la clínica de vacunas del hospital al día siguiente, por lo que 57 personas recibieron dosis de la vacuna antes de que se descubriera la conducta del farmacéutico.
“La manipulación de las dosis de vacunas en medio de una crisis de salud mundial requiere una respuesta firme, como se refleja en los graves cargos que Estados Unidos ha presentado hoy”, dijo el Secretario de Justicia Auxiliar Interino Brian Boynton de la División Civil del Departamento de Justicia.
Boynton añadió: «El Departamento de Justicia continuará trabajando con sus socios encargados de hacer cumplir la ley para garantizar que el público reciba vacunas seguras y efectivas».
Por su parte el fiscal federal Matthew D. Krueger dijo que «La distribución de la vacuna COVID-19 es fundamental para superar esta pandemia, que sigue acabando con vidas y trastornando nuestra economía”.
“Como muestran estos cargos, el Departamento de Justicia perseguirá a cualquiera, y especialmente a cualquier profesional médico, que manipule la vacuna”, agrego.
La comisionada adjunta de Investigaciones Criminales de la FDA, Catherine A. Hermsen enfatizó: “La FDA se ha asegurado de que la vacuna Moderna COVID-19 cumpla con los rigurosos estándares de calidad, seguridad y eficacia de la agencia”.
“Aquellos que deliberadamente alteran esta vacuna ponen en riesgo la salud de los pacientes estadounidenses. El anuncio de hoy debería servir como recordatorio de que no se tolerará este tipo de actividad de manipulación ilícita «, recalcó la comisionada.
“Los farmacéuticos se encuentran entre algunos de los profesionales más confiables”, dijo el agente especial a cargo del FBI en Milwaukee, Robert Hughes. “Este individuo usó su acceso especial para manipular los viales de la muy necesaria vacuna COVID-19. El FBI toma muy en serio las acusaciones de manipulación de productos de consumo y utilizará todos los recursos disponibles para llevar ante la justicia a aquellos que intencionalmente ponen en riesgo la salud pública” añadió.
Este asunto fue investigado por la Oficina de Investigaciones Criminales de la Administración de Alimentos y Medicamentos, la Oficina de Campo de Milwaukee del FBI y el Departamento de Policía de Village of Grafton. El caso está siendo procesado por el Fiscal Federal Auxiliar Kevin C. Knight de la Oficina del Fiscal Federal para el Distrito Este de Wisconsin, y el Abogado Litigante Senior Ross S. Goldstein y la Abogada Litigante Rachel Baron de la Rama de Protección al Consumidor de la División Civil del Departamento de Justicia.
