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ElSalvador—El presidente Donald Trump ha ordenado una pausa en las redadas migratorias que afectaban a sectores clave como la agricultura, los restaurantes y la hotelería.
La decisión surge luego de fuertes presiones por parte de empresarios que advirtieron sobre la pérdida de trabajadores experimentados y la dificultad para reemplazarlos en medio de una escasez de mano de obra.
Según confirmaron funcionarios de la Casa Blanca a NBC News, la pausa es temporal y no implica un cambio de rumbo general en la política migratoria. El resto de las operaciones de detención y deportación seguirán con mayor intensidad, especialmente en las llamadas ciudades santuario, jurisdicciones que el presidente ha calificado como “peligrosas” y controladas por demócratas.
“Tal y como prometió el presidente Trump, llevaremos a cabo el mayor programa de deportación masiva de la historia”, señala el comunicado oficial. “Cualquier persona que se encuentre ilegalmente en Estados Unidos corre el riesgo de ser deportada”.
El mandatario ya había anticipado esta medida en sus redes sociales, donde explicó que agricultores y dueños de negocios del sector hotelero le habían solicitado flexibilizar la aplicación de la ley debido a las consecuencias económicas que estaban enfrentando.
“Nuestros estupendos granjeros y la gente del negocio de la hostelería han estado diciendo que nuestra política tan agresiva en materia de inmigración les está quitando trabajadores muy buenos”, escribió Trump. “Esos puestos de trabajo son casi imposibles de reemplazar”.
Aun así, dejó claro que esta pausa no significa debilidad. Afirmó que muchos criminales, a quienes culpó de haber ingresado al país durante la administración de Joe Biden, están intentando ocupar esos empleos. “Esto no es bueno. Debemos proteger a nuestros agricultores, pero sacar a los criminales de EE. UU.”, advirtió.
La decisión llega en medio de un momento políticamente delicado para la administración. Las redadas en ciudades como Los Ángeles desataron protestas masivas el fin de semana, con enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden.
A pesar de la pausa parcial, el objetivo de la administración sigue siendo claro. El equipo de Trump ha exigido al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) realizar al menos 3,000 arrestos diarios.
La medida representa una mezcla entre presión política, necesidad económica y estrategia electoral. Aunque se suspende parte de los operativos, la narrativa de mano dura continúa y Trump mantiene su promesa de deportar a millones de personas durante su segundo mandato.