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Guatemala—El Gobierno de Guatemala presentó una protesta formal ante México tras la incursión de un grupo armado de la Policía del estado de Chiapas en la localidad guatemalteca de La Mesilla, donde los agentes persiguieron y abatieron a cuatro hombres presuntamente vinculados al crimen organizado.
El incidente, ocurrido en una zona urbana y comercial, generó tensión diplomática y provocó una disculpa oficial por parte de las autoridades mexicanas.
En un comunicado, el Ministerio de Exteriores de Guatemala denunció que la operación fue ejecutada sin coordinación previa entre ambos países, lo que puso en riesgo a civiles y violó los principios de respeto mutuo y buena vecindad. Las fuerzas involucradas pertenecen a la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal (FRIP), una unidad especializada de la policía chiapaneca.
Guatemala instó a México a investigar el incidente, enmarcándolo como un “grave hecho” que debe abordarse dentro del respeto al Derecho Internacional. Asimismo, llamó a profundizar con urgencia la cooperación bilateral en materia de seguridad fronteriza.
En respuesta, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México expresó sus disculpas oficiales al Gobierno guatemalteco a través de una nota diplomática publicada en su cuenta de X (antes Twitter), reiterando su compromiso con la soberanía territorial y el fortalecimiento de los mecanismos de cooperación en la frontera común.
Durante la operación, autoridades locales de Huehuetenango informaron que la Policía Nacional Civil de Guatemala y el Ejército se desplazaron a la zona, aunque no intervinieron directamente. Un militar guatemalteco resultó herido leve por el impacto de una bala en la pierna.
La reacción desde el estado de Chiapas no se hizo esperar. El gobernador Eduardo Ramírez insinuó que la inacción de las fuerzas guatemaltecas podría interpretarse como colusión con el crimen organizado, afirmando que “no es cosa menor estar coludidos, pero lo que es peor es estar al servicio de la delincuencia”. Por su parte, el secretario de Seguridad estatal, Óscar Aparicio Avendaño, declaró al diario La Jornada que los cuatro abatidos eran miembros del Cártel de Chiapas y Guatemala.
Este incidente reaviva las tensiones históricas en la frontera sur de México, donde el crimen organizado y el débil control territorial han convertido la región en un punto crítico para la seguridad binacional.