Sáb. Sep 20th, 2025

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El Gobierno de México corrigió oficialmente sus señalamientos contra El Salvador y negó que la avioneta interceptada el pasado 3 de julio en Tecomán, Colima —con 428 kilos de cocaína a bordo— haya salido del territorio salvadoreño o que ciudadanos de ese país estén involucrados en el caso.

La rectificación fue enviada mediante una carta diplomática de la Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana a la Cancillería salvadoreña, en la que se aclara que «no hay señalamiento que indique que el vuelo de dicha aeronave tuviese origen en El Salvador, ni que persona alguna de ese país estuviese vinculada con el incidente».

El documento también lamenta lo sucedido el 8 de julio, cuando el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de México, Omar García Harfuch, aseguró que la aeronave había despegado de San Salvador.

Las declaraciones del funcionario mexicano generaron un cruce de mensajes entre ambos gobiernos. Un día después del señalamiento, el presidente Nayib Bukele desmintió públicamente la versión, calificándola de falsa.

Desde su cuenta en X, Bukele explicó que los radares salvadoreños no detectaron ninguna traza en el espacio aéreo nacional, y aseguró que la ruta de la avioneta iba «muy al sur de El Salvador y Nicaragua, sin proximidad al espacio aéreo nacional».

La carta enviada por la cancillería mexicana respalda ese planteamiento. Según el documento, la aeronave en cuestión «mantuvo una traza de interés a 200 kilómetros al sur, a la altura de San Salvador», lo que coincide con lo señalado previamente por el mandatario salvadoreño.

Además, las autoridades mexicanas confirmaron que los tripulantes detenidos son de nacionalidad mexicana y que actualmente están siendo procesados por distintos delitos relacionados con el tráfico de drogas.

Ante la polémica, el gobierno mexicano expresó su disposición para mantener canales de comunicación abiertos y fortalecer el intercambio de información con El Salvador, con el fin de prevenir situaciones similares.

Desde el lado salvadoreño, Bukele agradeció públicamente la rectificación y exigió a los medios que divulgaron la versión inicial que también asuman su responsabilidad. «Esperamos que los medios y periodistas que difundieron la noticia emitan la correspondiente rectificación», escribió.

La tensión diplomática llevó incluso a que El Salvador llamara a consultas a su embajadora en México, medida que podría revertirse tras la aclaración oficial.

El episodio, aunque breve, evidenció la fragilidad de las relaciones bilaterales ante acusaciones sin verificación previa, y la importancia de los canales diplomáticos para corregir errores en la comunicación oficial.

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