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EEUU–El mundo del entretenimiento deportivo se encuentra de luto tras confirmarse la muerte de Terry Gene Bollea, mejor conocido como Hulk Hogan, a los 71 años de edad.
La leyenda de la lucha libre falleció la mañana de este jueves 24 de julio en su residencia de Clearwater, Florida, luego de sufrir un paro cardíaco. Según informes preliminares citados por medios estadounidenses como TMZ y People, Hogan fue trasladado de emergencia a un hospital, donde los médicos no lograron reanimarlo.
Durante las últimas semanas, habían circulado rumores sobre su estado de salud, aunque algunas imágenes recientes lo mostraban visiblemente afectado, su esposa, Sky Daily, había salido al paso para negar que estuviera grave. Afirmó que su esposo se encontraba en recuperación tras varias cirugías y que su “corazón era fuerte”, este jueves, la realidad terminó imponiéndose.
Nacido el 11 de agosto de 1953, Hulk Hogan fue mucho más que un luchador, su impacto trascendió el ring para instalarse en la cultura popular global. Con su característico pañuelo, sus músculos descomunales y su inconfundible “Brother!”, se convirtió en la cara de una era dorada de la lucha libre profesional.
Su ingreso a la World Wrestling Federation (WWF, hoy WWE) en los años 80, bajo el liderazgo de Vince McMahon, marcó el inicio de la “Hulkamania”, un fenómeno que revolucionó el negocio del entretenimiento deportivo. Hogan arrastró multitudes a los estadios, vendió millones en mercancía y convirtió cada combate en un espectáculo que mezclaba acción, drama y puro carisma.
Entre sus momentos más recordados está su épico combate contra André el Gigante en WrestleMania III, frente a más de 93,000 personas en el Pontiac Silverdome. Aquella noche, Hogan alzó al gigante y lo derrotó, firmando uno de los capítulos más memorables de la historia de la WWE.
Pero su legado no se limita al cuadrilátero. Hogan incursionó en el cine con películas como No Holds Barred y Mr. Nanny, participó en reality shows como Hogan Knows Best y fue imagen de campañas publicitarias en todo el mundo. Su figura era omnipresente, desde juguetes hasta videojuegos.
Su carrera también conoció momentos polémicos. En los años 90, Hogan cambió su personaje de héroe por el de villano al unirse al grupo nWo en la WCW, lo que revitalizó su figura y mostró su capacidad para reinventarse. Fue incluido en el Salón de la Fama de la WWE en 2005, reconociendo su enorme contribución a la lucha libre profesional.
Hulk Hogan fue un pionero, entendió como pocos el valor del espectáculo y supo construir una conexión emocional con millones de fanáticos alrededor del mundo. Su influencia es innegable en generaciones posteriores de luchadores, y su espíritu sigue vivo en cada entrada triunfal, cada promo encendida y cada niño que alguna vez soñó con romper camisetas al ritmo del «Real American».
Las redes sociales se llenaron rápidamente de homenajes, desde excolegas hasta estrellas del cine, pasando por fanáticos que crecieron admirando a su ídolo. Se espera que la WWE emita un comunicado oficial rindiendo tributo a quien fue, sin discusión, uno de los pilares del entretenimiento deportivo moderno.
La partida de Hulk Hogan marca el fin de una era. Pero su leyenda, como los verdaderos íconos, es eterna.

