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EEUU—La Policía de Nueva York (NYPD) detuvo el lunes a 24 personas durante una protesta en el emblemático edificio Trump Tower, en Manhattan, donde manifestantes denunciaron las redadas y deportaciones ejecutadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). La movilización forma parte de una ola de acciones en varias ciudades de EE.UU. contra las políticas migratorias federales, en particular las deportaciones masivas.
Los activistas, organizados por grupos proinmigrantes, ingresaron al vestíbulo del rascacielos propiedad del expresidente Donald Trump y realizaron una sentada pacífica, coreando consignas como «¡Traiganlos de vuelta!» y también «¡ICE fuera!». Según testigos, la protesta se mantuvo ordenada hasta que agentes de la NYPD intervinieron para desalojar el lugar, procediendo a los arrestos por «obstrucción» y «allanamiento».
«Estamos aquí porque el ICE está separando familias y deportando a personas sin garantizarles un debido proceso. Es una violación a los derechos humanos», declaró una de las detenidas a la cadena CBS. Otra participante añadió: «Trump promovió estas políticas crueles, por eso vinimos a su torre: para exigir justicia».
El alcalde Eric Adams, en un comunicado paralelo a los eventos, enfatizó que aunque «Nueva York respeta el derecho a protestar», no permitirá «actos de violencia, vandalismo o ilegalidad». Hizo referencia a los disturbios recientes en Los Ángeles —donde choques entre policía y manifestantes dejaron heridos—, advirtiendo que «esa escalada no se repetirá aquí».
La protesta coincide con el aumento de críticas contra el ICE tras revelarse deportaciones express a Centroamérica y la reactivación de centros de detención migratoria. Organizaciones como la ACLU han calificado estas prácticas como «arbitrarias», mientras el gobierno federal defiende su «enfoque de seguridad fronteriza».
Las detenciones en Trump Tower reflejan la polarización en torno a la política migratoria en un año electoral. Mientras activistas prometen más movilizaciones, autoridades insisten en mantener el orden, dejando en evidencia el frágil equilibrio entre protesta social y aplicación de la ley.