Ha surgido un fenómeno singular que desafía las definiciones tradicionales de romance en la era moderna de las relaciones: las «situationships». Estas situaciones ambiguas y a menudo confusas han ganado popularidad entre los jóvenes adultos, quienes buscan conexiones emocionales y físicas sin los límites de las etiquetas convencionales.
Se caracterizan por su falta de definición clara y compromiso formal. A diferencia de las relaciones tradicionales, donde las personas establecen expectativas claras y definen su estatus como pareja, las situationships son más fluidas y pueden variar ampliamente en términos de duración, intensidad y compromiso.
No tienen una base sólida y suelen ser más del tipo sexual, en donde lo pasional es la tónica. No en vano redes sociales como Tinder, donde uno busca compañero para el acto sexual, tienen tanto éxito: son dos desconocidos o más que entran en comunicación a través de una app sobre todo para pasar un buen momento juntos, y digo dos o más porque actualmente están muy de moda los tríos.
En lugar de seguir un camino lineal hacia la exclusividad y el compromiso, las personas en una situationship pueden encontrarse en un estado constante de incertidumbre, sin saber si están avanzando hacia una relación más seria o simplemente disfrutando del momento presente.
La falta de etiquetas claras en una situationship puede llevar a una serie de desafíos emocionales y psicológicos para las personas involucradas. La ambigüedad puede generar ansiedad, confusión y dudas sobre el estado de la relación.
Al vivir cada vez más desconectados de la sociedad y en un mundo más digital, se propicia un ambiente más relajado, ya que el grado de intimidad es más carnal que otra cosa. Esto puede traer consecuencias peligrosas a la integridad física. Recordemos el caso de un joven español que asesinó a su pareja sentimental en una isla donde pensaban vivir idílicos momentos. Para las mujeres, que asociamos más lo físico a lo emocional, siempre existe riesgo de sentir sentimientos que no sean compartidos.
Sin embargo, las situationships también tienen sus ventajas y atractivos. Para muchas personas, ofrecen la libertad de explorar conexiones emocionales y físicas sin sentirse limitadas por las expectativas convencionales de una relación.
En definitiva, son un reflejo de la naturaleza cambiante de las relaciones en la sociedad moderna. Cada vez más nos alejamos de los compromisos, pues ya agobia bastante el día a día donde incluso los trabajos ya no son seguros: se utilizan nuestros recursos en forma de free lance o con contratos temporales, que pueden ser renovables o no.
Además, las situationships pueden ser una forma de experimentar diferentes tipos de relaciones y descubrir qué es lo que realmente buscan en una pareja a largo plazo. Y aunque no suele ser la norma, puede darse que una situationship derive en una relación formal.
Dra.Margarita Mendoza Burgos