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EEUU–Al menos 24 personas han muerto en Texas tras una súbita y devastadora inundación provocada por la crecida del río Guadalupe, que arrasó viviendas y forzó evacuaciones masivas en el condado de Kerr.
El sheriff Larry L. Leithal actualizó el balance de víctimas, que inicialmente era de 13 fallecidos, y advirtió que la cifra podría seguir aumentando. “Todavía hay varios desaparecidos”, declaró.
Una de las situaciones más preocupantes es la desaparición de al menos 20 niños que se encontraban en un campamento cercano. El vicegobernador de Texas, Dan Patrick, confirmó que el grupo aún no ha sido localizado. “Eso no significa que estén perdidos”, aclaró, mientras los equipos de rescate continúan con las labores de búsqueda.
La policía del condado calificó el panorama como “catastrófico” e instó a los residentes cercanos al río Guadalupe, arroyos y zonas bajas a trasladarse de inmediato a terrenos más altos. “Quienes ya están refugiados deben permanecer donde están y no intentar moverse”, señalaron a través de un mensaje en redes sociales.
El gobernador Greg Abbott anunció que se han movilizado todos los recursos estatales disponibles para atender la emergencia. “La prioridad inmediata es salvar vidas”, afirmó, destacando que las operaciones de búsqueda y rescate continuarán durante toda la noche.
Hasta el momento, 237 personas han sido evacuadas o rescatadas, 167 de ellas mediante operaciones aéreas, según informó el mayor general Thomas M. Suelzer.
Desde el Air Force One, el presidente Donald Trump calificó las inundaciones como “terribles” y expresó su consternación por lo ocurrido. “Todavía no se sabe cuántos han fallecido, pero parece que hay jóvenes entre las víctimas”, declaró.
Trump también confirmó que el gobierno federal brindará apoyo total al estado. “Nos vamos a encargar de ellos”, aseguró, al ser consultado sobre la ayuda a los afectados.
El Servicio Meteorológico Nacional mantiene una alerta naranja ante el riesgo de nuevas crecidas, mientras el nivel del río Guadalupe ya alcanza su segundo punto más alto en los registros históricos.
Las autoridades siguen evaluando daños y buscando sobrevivientes, mientras Texas enfrenta una de las peores emergencias por inundaciones en años.