Día a Día News
EEUU–El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este jueves que se reunirá con el presidente ruso, Vladímir Putin, en Budapest con el objetivo de avanzar hacia el fin de la guerra en Ucrania. La decisión sigue a una llamada telefónica calificada por Trump como «muy productiva», en la que ambos mandatarios acordaron celebrar una segunda cumbre, tras el encuentro de agosto en Alaska, que no logró avances significativos.
El Kremlin confirmó la posibilidad de la reunión en Hungría, aunque subrayó que aún quedan detalles por resolver antes de concretarla, el portavoz Dmitry Peskov señaló que los ministros de Exteriores de ambos países deben coordinar aspectos logísticos y diplomáticos.
Por su parte, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, expresó el apoyo de su país para facilitar la entrada de Putin, a pesar de la orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional en su contra. Orbán destacó que Hungría es «el único lugar en Europa» donde puede celebrarse este encuentro, debido a su postura neutral y sus lazos con ambos líderes.
La reunión se produce en un contexto de creciente tensión, el mismo día, Rusia lanzó un ataque masivo contra infraestructuras energéticas ucranianas, incluyendo la planta de procesamiento de gas de Shebelinka en Kharkiv, lo que provocó incendios y cortes de energía en varias regiones.
Este ataque coincide con la visita del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a Washington, donde se reunirá con Trump para discutir posibles suministros de misiles de crucero Tomahawk. Zelenski busca fortalecer el apoyo militar de Estados Unidos en el conflicto.
Trump, por su parte, expresó su intención de abordar con Zelenski la estrategia ucraniana de «llevar la guerra de vuelta a Rusia», en referencia a la posibilidad de intensificar los ataques en territorio ruso. Sin embargo, el suministro de armas avanzadas como los Tomahawk podría complicar las relaciones con Moscú, que ya ha advertido sobre una «escalada peligrosa» si se concretan estas entregas.
El desarrollo de estos eventos sugiere que la administración Trump busca consolidar su rol como mediador en el conflicto ucraniano, mientras enfrenta desafíos internos y externos relacionados con su política exterior y las tensiones con Rusia.