El presidente Donald Trump está ultimando una orden ejecutiva sin precedentes para declarar el inglés como el idioma oficial de Estados Unidos. De aprobarse, esta medida marcaría un cambio histórico en la política lingüística del país, que hasta ahora no ha tenido un idioma oficial a nivel federal.
A pesar de que 32 estados ya reconocen formalmente el inglés como idioma oficial, el gobierno federal nunca ha adoptado una postura similar. Según la Oficina del Censo de EE.UU., además del inglés, los idiomas más hablados en el país incluyen el español, el chino, el tagalo, el vietnamita y el árabe.
La Casa Blanca ha confirmado que esta orden ejecutiva sigue la línea de iniciativas previas del Partido Republicano, como la propuesta de 2021 del senador James Inhofe para «evitar interpretaciones erróneas de los textos legales en inglés».
De implementarse, la orden ejecutiva pondría fin a la obligación de las agencias federales de ofrecer asistencia lingüística en otros idiomas, revirtiendo así una política instaurada por el expresidente Bill Clinton (1993-2001).
El español, el segundo idioma más hablado en EE.UU., se vería especialmente afectado. La presencia del español ha sido un tema de debate durante años, particularmente en estados con fuerte herencia hispana como Texas.
En 2011, un senador estatal exigió que un activista proinmigrante hablara en inglés durante una audiencia legislativa, reavivando un viejo conflicto sobre el uso del español en un territorio que alguna vez fue parte de México y del Imperio español.
Para muchas comunidades, especialmente entre los mexicano-estadounidenses de mayor edad, esta medida recuerda épocas en las que fueron castigados por hablar español en las escuelas en la década de 1950.
Una medida con implicaciones políticas y sociales
La decisión de Trump se enmarca en un contexto de creciente polarización política en torno a la identidad nacional y la inmigración. Sus críticos la ven como un intento de reforzar una visión nacionalista, mientras que sus partidarios argumentan que fortalecer el inglés como idioma oficial fomentará la unidad y la integración en el país.
Si se concreta, esta medida cambiaría de manera significativa la dinámica cultural y lingüística de Estados Unidos, afectando a millones de ciudadanos y residentes que dependen del acceso a servicios en su lengua materna.