Este jueves 23 de enero, el presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, sostuvo una conversación telefónica con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele.
Esta llamada, que tuvo lugar a las 3:30 p.m. hora de Washington D.C., fue la primera comunicación oficial de Trump con un líder extranjero desde su reciente investidura.
Durante la conversación, ambos mandatarios discutieron la posibilidad de colaborar para detener la inmigración ilegal y combatir pandillas transnacionales como el Tren de Aragua. Además, Trump elogió el liderazgo de Bukele en la región y lo calificó como un ejemplo para otras naciones del hemisferio occidental.
“Hoy, el Presidente Donald J. Trump mantuvo una llamada con el Presidente Nayib Bukele de la República de El Salvador. Los dos líderes hablaron de trabajar juntos para detener la migración irregular y tomar medidas enérgicas contra las pandillas transnacionales como el Tren de Aragua. El Presidente Trump también elogió el liderazgo del Presidente Bukele en la región y el ejemplo que da a otras naciones del hemisferio occidental”, de lee en un breve comunicado de la Casa Blanca.
Sin embargo, no se brindó más detalles sobre las medidas que ambas naciones tomarán en temas de migración y seguridad.
Aunque el intercambio con Bukele es la primera conversación con un líder extranjero de la que se informa de forma oficial desde que fue investido el lunes como presidente, su primera llamada la reservó el miércoles al príncipe heredero saudí.
Bukele fue a su vez uno de los mandatarios latinoamericanos invitados a la toma de posesión de Trump, con quien lo une un discurso populista de mano dura contra la delincuencia y su afición por las criptomonedas, aunque éste finalmente no acudió a la ceremonia.
Las relaciones entre El Salvador y Estados Unidos se relajaron en la última etapa del mandato de Joe Biden (2021-2025), cuya administración criticó la vía abierta por una sala de la Corte Suprema de Justicia para avalar la reelección de Bukele.
En Estados Unidos viven más de dos millones de salvadoreños, que son el principal sostén de la economía salvadoreña con el envío de remesas familiares por encima de los 7.000 millones de dólares.