Jue. Abr 25th, 2024

El Departamento de Economía de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas presentó este 08 de enero, en conferencia de prensa los resultados más destacados de un estudio en el que se analiza la realidad socioeconómica del país en el año 2020, incluyendo reflexiones sobre las consecuencias de la pandemia.

Los principales resultados del Análisis socioeconómico del año 2020 hacen un énfasis en la desatención de la salud mental de la población salvadoreña y el impacto negativo que esta tiene sobre los hogares y sobre la producción nacional potencial.   

De acuerdo al análisis presentado el impacto económico por COVID-19 afectará el crecimiento económico mundial en general y el de América latina en particular. En la primera mitad de 2020, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe estimaba una caída del 5.3% en el PIB de la región. El impacto negativo ayuda a las problemáticas previamente existentes: el desempleo, el empobrecimiento, la desigualdad económica y la pobreza extrema. Asimismo, debido a estas problemáticas se podría incrementar los flujos migratorios.

Según el análisis sobre el multiplicador de remesas señala que la reducción en las remesas afecta especialmente al sector secundario de la economía ya que implica una reducción en el valor bruto de producción (VBP), en el número de puestos de trabajo y en la masa salarial. Con la información hasta mayo de 2020 (con una caída de $264.5 millones en remesas), se estimó una reducción del 1.35% del VBP respecto a su valor en 2017. De esta reducción, el 45.83% afectaría a la producción industrial. Se estimó, además, 37 mil puestos de trabajo menos y una disminución de 1.03% de la masa salarial. Este impacto solamente contabiliza la reducción de las remesas, no incorpora otros elementos también afectados por la dinámica económica en 2020.

Otro punto importante que menciona es la perspectiva del empleo y los salarios, ya que según el informe insiste en las precarias condiciones en las que la fuerza de trabajo participa en la actividad económica: cada año ingresan a la fuerza de trabajo más de 50 mil personas, pero, en contraste, el número de cotizantes al ISSS solo incrementa en aproximadamente 13 mil personas. Esta situación fue profundizada por el descenso en la actividad económica resultante de las medidas para contener los contagios por COVID-19, ya que el número de personas cotizantes se redujo en mas de 60 mil en mayo de 2020 con respecto a mayo de 2019.

 Así mismo se registró un descenso de $66.77 en el salario nominal promedio en concomitancia con un incremento en el costo de una canasta ampliada para el mes de mayo, el cual fue de $22 superior respecto a su costo el año anterior.

También con relación al tema laboral, señala que en la zona rural de El Salvador se está transitando de actividades primarias (como la agrícola) a actividades industriales y de comercio y servicio, especialmente de fuerza de trabajo masculina, ya que es esta la que mas ha reducido su participación en la agricultura y ha incrementado su participación en la manufactura y el sector de comercio, hoteles y restaurantes.

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