En su reunión con Zelenski, Blinken reconoció que Ucrania pasa por “momentos difíciles” y confirmó que la ayuda militar de EU aprobada el mes pasado ya ha comenzado a llegar al frente.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski recibió hoy al secretario de Estado de Estados Unidos en un gesto de respaldo de Washington en medio de la escalada de tensiones provocada por la ofensiva rusa en la región nororiental de Járkov.
Blinken, quien llegó a Kiev de manera sorpresiva, reconoció la difícil situación que enfrenta Ucrania y confirmó que la ayuda militar estadounidense ya está en camino al frente, con el objetivo de mejorar la posición del país en la confrontación.
Durante la reunión, Zelenski reiteró la urgencia de recibir armamento adicional y solicitó dos sistemas antiaéreos de misiles Patriot para proteger la estratégica región de Járkov y su capital homónima, la segunda ciudad más grande del país. Este llamado cobra relevancia ante la cercanía de las tropas rusas, que se encuentran a pocos kilómetros de la urbe tras el inicio de la ofensiva el pasado viernes.
Los enfrentamientos en la frontera ucraniana han continuado, con intensos intercambios de fuego en distintos puntos del territorio.
En Vovchansk, al Norte de Járkov, las fuerzas ucranianas luchan por expulsar a grupos de sabotaje rusos, mientras que en otras áreas, como el pueblo de Lukiantsi, las tropas locales han tenido que retirarse ante el avance enemigo para evitar bajas significativas.
Analistas del Instituto para el Estudio de la Guerra de Washington (ISW) interpretan la ofensiva rusa en Járkov como un intento de crear una zona de seguridad que aleje a las tropas ucranianas de la región fronteriza rusa de Bélgorod.
Esta situación, advierte Zelenski, podría distraer a las fuerzas ucranianas y debilitar sus posiciones en otros frentes, como los de Kramatorsk y Pokrovsk, en la región Oriental de Donetsk.
Por su parte, el jefe de la inteligencia militar ucraniana, Kirilo Budánov, señaló que aunque la situación en el norte de Járkov se está estabilizando, existe el riesgo de que Rusia abra un nuevo frente en la región de Sumi, al Noreste del país y también fronteriza con Rusia.
Las autoridades ucranianas aseguran estar preparadas para defender esta zona y proteger a la población civil, que ya sufre las consecuencias de los ataques rusos con más de 7,500 desplazados y víctimas mortales en la región de Járkov.