El Presidente Nayib Bukele participó en la entrevista con el periodista Tucker Carlson, con quien abordó los logros de su primer periodo al frente del Gobierno y sus objetivos de continuar trabajando en su segunda quinquenio.
El mandatario aseguró que la población necesita tener paz, necesita poder moverse libremente para que se respeten sus derechos básicos, comenzando con el derecho a vivir, a moverse, a tener propiedad; y al lograr estos objetivos se inicia a trabajar por el resto de necesidades de la ciudadanía.
“(Se necesita) bienestar, calidad de vida; pero hay que empezar con la paz, y en el caso de El Salvador éramos literalmente la capital mundial del asesinato y lo convertimos en el país más seguro del hemisferio occidental”, comentó el Presidente.
La aplicación de las seis fases del Plan Control Territorial, lanzado el 20 de junio de 2019, ha logrado devolver los territorios a los salvadoreños; mientras que, el régimen de excepción, en un poco más de dos años, ha logrado la captura de más de 80,000 pandilleros.
“Somos más seguros que cualquier otro país del hemisferio occidental y si yo hubiera dicho esto cinco años atrás, me hubieran dicho que estoy loco. Este era, literalmente, el país más peligroso del mundo”, añadió el jefe de Estado.
Por otro lado, el presidente mencionó que la «fórmula oficial» del éxito de su «guerra» contra esos grupos delictivos es que logró fortalecer a la policía y duplicar el Ejército, pero que la clave verdadera fue que se produjo «un milagro». «En un par de semanas, se transformó el país», dijo.
«Somos más seguros que cualquier otro país del hemisferio occidental y, si yo hubiera dicho esto cinco años atrás, me hubieran dicho que estoy loco. Este era, literalmente, el país más peligroso del mundo», señaló. El mandatario recordó que, en marzo de 2022, las pandillas comenzaron a atacar y «mataron a 87 personas en 3 días, lo que para un país de 6 millones de personas es una locura».
Tras esa escalada de violencia, Bukele pidió al Congreso decretar un régimen de excepción, que sigue vigente luego de 27 meses, con más de 80.000 supuestos pandilleros capturados. Esa medida, que permite detenciones sin orden judicial, es criticada por organismos humanitarios por la detención de «inocentes que sufren» en la cárcel.