Lun. Dic 29th, 2025

Auguste Comte nos regala una icónica frase que me parece importante citarla en este contexto.
«El amor como principio, el orden como base, el progreso como fin.»

El actual mandatario a su llegada puso ese amor como principio, resguardando al pueblo salvadoreño, de una pandemia y llevando alimentos casa por casa, prevención con vacunas, bono de $300, manejo integral y estructural contra el Covid 19.

Luego se puso en vilo ese orden, dónde la identidad estaba perdida, la esperanza por los suelos, acongojados por el flagelo pandilleril que, en alianzas comprobadas con la partidocracia tradicional salvadoreña, decidían cuántos salvadoreños honestos y trabajadores morirían, entregándoles dinero, armas y prestándoles los polígonos de tiro para perfeccionar como desvivir a nuestro pueblo.

Pasándonos de ser la capital mundial del asesinato al país más seguro del hemisferio occidental, aunque esos remanentes reaccionarios se revuelcan de envidia y desesperadamente tratan de confundir al pueblo para volver a ese pasado, donde ellos a través del caos, llenaban sus bolsillos.

Cerramos el 2025 con el progreso como fin, cerrando el último trimestre con un crecimiento de 5.1 que nos refleja en el PIB un 4.0 % de crecimiento, albergando una vasta esperanza para el 2026.

Educación, salud, turismo etc.
Innovándose cada día, para estar a la vanguardia de los desafíos y poder tener una sociedad más equitativa e integral, dónde las mediciones demuestran el respaldo del pueblo salvadoreño al actual mandatario y esa reciprocidad que existe.

Este nuevo El Salvador, vale la pena y este despegue colosal es la muestra que no se puede lograr diferentes resultados, replicando lo mismo.

Gracias Presidente, por devolvernos la identidad y por tejer un nuevo El Salvador, de acorde a nuestra propia realidad y con nuestra propia receta.

Feliz fin de año a cada uno de ustedes y un próspero 2026.

Su amigo y servidor
Carlos Huezo

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