Vie. Mar 29th, 2024
¿Qué pueden hacer los padres para proteger a los hijos? Interesarse en el mundo cibernético de ellos puede marcar la diferencia, dice la Asociación Nacional de Padres y Maestros. No que los padres tengan que hacerse expertos en tecnología. El sitio del gobierno federal, stopbullying.gov, recomienda que los padres se fijen en detalles que pudieran indicar que algo anda mal, como el que su hijo se vuelva retraído, trate de esconder su pantalla o parezca que lo que ve en ella le afecta emocionalmente.

Aunque tomar clases a distancia durante la pandemia de COVID-19 ha resultado en una reducción de los casos de acoso informados, algunos padres temen que sus hijos vuelvan a ser acosados al regresar a la escuela.


La pandemia ha hecho que los desafíos preexistentes sean más complejos, lo que ha llevado a Julia, residente del sur de California, y a su esposo Ben, a estar aún más atentos a su hija de 14 años.


Ahora, 15 años después que octubre fuese designado Mes nacional de concientización para prevenir el acoso, el uso cada vez mayor de la tecnología en la vida cotidiana de los niños ha posibilitado nuevos medios de acoso. Con tan solo un clic de teléfono o computadora, los acosadores virtuales pueden entrar a lo más recóndito del hogar con un sinfín de burlas, hostigamiento y amenazas. Por eso, las víctimas informan que se sienten desesperadas, aisladas e incluso suicidas.


¿Qué pueden hacer los padres para proteger a los hijos? Interesarse en el mundo cibernético de ellos puede marcar la diferencia, dice la Asociación Nacional de Padres y Maestros.


No que los padres tengan que hacerse expertos en tecnología. El sitio del gobierno federal, stopbullying.gov, recomienda que los padres se fijen en detalles que pudieran indicar que algo anda mal, como el que su hijo se vuelva retraído, trate de esconder su pantalla o parezca que lo que ve en ella le afecta emocionalmente.


Ben y Julia pueden atestiguar la necesidad de estar en sintonía con su hija, notando si su estado de ánimo es diferente al habitual.


«A lo largo de los años, hemos trabajado duro para realmente conocer a nuestra hija, conocer su personalidad y saber cuándo algo anda mal para poder iniciar la conversación rápidamente y ver qué está pasando”, dijo Ben.


Hablar frecuente y abiertamente con los hijos también ayuda. “Cuanto más le hables a tu hijo sobre el tema, más fácil le será contarte si ha presenciado o sufrido acoso”, dice UNICEF en sus consejos en línea para los padres.


Para ayudar a sus hijas adolescentes, Thiago y Auboni, padres de familia que viven en Houston, se dan cuenta que hablar menos y escuchar más da los mejores resultados. “Nos esforzamos por ser abordables y escuchar atentamente sin reaccionar”, explica Thiago.

Los expertos agregan que además de observar a sus hijos, escucharlos y dialogar con ellos, los padres deben imponer y hacer cumplir reglas sobre el uso de Internet. A las hijas de Thiago y Auboni se les permite participar en juegos en línea, pero solo si apagan la función de chatear en vivo. Así se impide que interactúen con extraños. “Aseguramos a nuestras hijas que tenemos confianza en ellas y que respetamos su privacidad, pero dentro de los límites que hemos establecido”, comenta Auboni.


Las aplicaciones de monitoreo de computadoras y dispositivos móviles también ayudaron a Ben y Julia a estar al tanto del tiempo que su hija pasa en línea sin comprometer su libertad. «Algunas de esas aplicaciones se enfocan en el acoso cibernético y los problemas emocionales, por lo que hemos usado herramientas como esas en el pasado para asegurarnos de que no suceda nada sin que lo sepamos», dijo Ben.


Ambas familias mencionan que al hablar con sus hijos han usado consejos, recordatorios y otros recursos gratis de jw.org, el sitio oficial de los testigos de Jehová. Ben y Julia han hecho un buen uso de los recursos de jw.org que se adaptan al grupo de edad de su hija, como la serie de artículos «Los jóvenes preguntan» y la serie de videos «Lo que opinan otros jóvenes «.


“Estas herramientas son relevantes. Creo que los niños se sienten comprendidos al saber que no son los únicos que se enfrentan a estos sentimientos y problemas», dijo Julia. «Es cambiante y continuo, por lo que siempre tenemos que estar al tanto».

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