El Salvador cumple este lunes 100 días bajo el régimen de excepción decretado a finales de marzo ante una oleada de violencia que azotaba el país.
Con esta medida, el Ejecutivo está capacitado para suspender ciertas libertades y garantías para facilitar el despliegue de militares y policías en las calles.
Así, desde el 30 de marzo las autoridades han reportado más de 43,567 capturados, acusados de pertenecer a grupos delictivos. Estas detenciones masivas han despertado las críticas de opositores y defensores de los Derechos Humanos, que ven en esta práctica detenciones arbitrarias, a pesar que el índice de violencia ha reducido en el país.
Asimismo, fuentes internas del Instituto de Medicina Legal han cifrado en 56 los reos fallecidos, razón por la cual se han presentado más de 2, 200 denuncias por vulneraciones de derechos, así como 409 ‘habeas corpus’, en su mayoría no resueltos.
Por su parte, el presidente, Nayib Bukele, hacen énfasis en que han puesto en marcha una «guerra contra las pandillas».
A su vez, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha mostrado su preocupación por la situación de la población salvadoreña mientras se ejecuta este estado de excepción, que ya ha sido prorrogado en hasta cuatro ocasiones, la última de ellas hasta finales del mes de julio.
Además de las detenciones, amparándose en el estado de excepción, el Gobierno de El Salvador también ha llevado a cabo otras medidas como la reforma de una ley que penaliza la reproducción ilegal de mensajes alusivos a pandillas en los medios de comunicación, o la creación de una ley de recompensas para aquellos que delaten a presuntos pandilleros.
El presidente Bukele informó que las autoridades mantendrán la medida hasta asegurarse de que todos los pandilleros del país estén «entre rejas» y ya adelantó que su Gobierno «arreciará» en la lucha contra los grupos criminales.
El jefe de Estado salvadoreño apuntó también la semana pasada que lo vivido hasta la fecha «no es nada» en comparación con lo que sucederá en adelante. «Lo que viene es mucho mayor», aseveró Bukele, que anunció que reforzará la seguridad en las calles y se exprimirán al máximo las capacidades de las que dispone tanto la Policía como las Fuerzas Armadas.
Estas declaraciones fueron después de la muerte de 3 elementos de la Policía en el departamento de Santa Ana, tras un enfrentamiento con miembros de pandillas que horas después fueron detenidos (2 fallecidos en enfrentamientos con la PNC).
