La Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA), una de las organizaciones de derechos de los inmigrantes más grandes del país, advirtió hoy que las incesantes acciones de cumplimiento de la ley migratoria en todo el condado de Los Ángeles están aumentando la tensión, aterrorizando a las comunidades y, en casos verificados, resultando en incidentes tensos, violentos y peligrosos que involucran a agentes federales contra miembros de la comunidad mientras ejercen sus derechos constitucionales.
La redada indiscriminada del gobierno federal contra las comunidades inmigrantes y latinas de Los Ángeles viola los derechos individuales, civiles y constitucionales, independientemente del estatus migratorio, y pone en peligro la seguridad pública. ¡Esto tiene que parar ya!
Los siguientes comentarios pueden atribuirse a Angélica Salas, Directora Ejecutiva de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA):
Durante doce días, el terror se ha desatado contra las comunidades inmigrantes y latinas de Los Ángeles a causa del despliegue masivo de las fuerzas de seguridad migratoria de la Administración Trump. El resultado final de las incesantes y publicitadas medidas de control migratorio en toda la región desde el 6 de junio tiene como objetivo cumplir con la cuota inhumana y cruel del presidente Trump y aplastar a una comunidad que desde hace tiempo ha acogido e integrado a los inmigrantes. Lo que vemos que las agencias federales y agentes fuertemente armados hacen a nuestros hermanos, hermanas, hijos e hijas, madres y padres, jóvenes y ancianos, inmigrantes y no inmigrantes, indocumentados y ciudadanos estadounidenses por igual, es despiadado, inmoral, violento, y debe cesar de inmediato.
A medida que pasan los días y continúan estas redadas en barrios mayoritariamente latinos, presenciamos y recibimos denuncias de discriminación racial, abuso de poder, insultos, acoso, armas que se apuntan a transeúntes, arrestos sin orden judicial, presencia de personal fuertemente blindado en espacios públicos donde hay niños, ancianos y familias, y un caos generalizado. Esto es un caos intencional. Además de los ciudadanos estadounidenses detenidos y desaparecidos por su color de piel, los cientos de hombres, mujeres y familias que ya han sido detenidos y arrestados en Los Ángeles están siendo trasladados de un lugar a otro, lo que dificulta enormemente, si no imposibilita, que sus seres queridos se pongan en contacto con ellos y accedan a asistencia legal.
Esta es una operación bélica sin precedentes en uno de los centros urbanos más grandes del mundo. Los angelinos están conmocionados. Se sienten perseguidos. Quieren que cese este asedio.