Vie. Sep 19th, 2025

Azul, una organización de justicia oceánica que trabaja con comunidades latinas para proteger los ecosistemas costeros y marinos, regresó de las negociaciones internacionales sobre un Tratado Global de Plásticos, que finalizaron el viernes 15 de agosto de 2025 sin un acuerdo. Azul calificó el resultado como una oportunidad perdida para frenar la contaminación por plásticos, pero enfatizó que un tratado débil sería peor que ningún tratado.

“Incluso sin un tratado, estas negociaciones lo han dejado claro: la gente entiende que la contaminación plástica es un problema de derechos humanos, no solo un problema oceánico que puede abordarse mediante la gestión de residuos”, afirmó Marce Gutiérrez-Graudiņš, fundadora y directora ejecutiva de Azul, y jefa de delegación en INC-5.2. “ Desafortunadamente, un pequeño grupo de voces con intereses creados sigue presionando para que se trate como un problema de gestión de residuos, a pesar del mandato de UNEA 5/14 de abordar el ciclo de vida completo de los plásticos. Como organización por la justicia oceánica, hemos confirmado firmemente que la contaminación plástica es mucho más que un problema oceánico. Para cuando el plástico se convierte en basura marina, ya ha dejado un rastro de destrucción en las comunidades, desde emisiones tóxicas al aire en comunidades cercanas hasta microplásticos en nuestros alimentos y agua”.

Azul elogió el liderazgo de varios países de América Latina y el Caribe (GRULAC) por impulsar medidas vinculantes centradas en los derechos humanos, la salud pública y mecanismos financieros justos.

Si bien el INC-5.2 no logró completar un tratado que se ajustara a los propósitos de nuestras comunidades, seguimos celebrando el liderazgo audaz demostrado por los Estados miembros del GRULAC, en particular Panamá, México y Colombia, cuyas propuestas impulsaron constantemente medidas sólidas y vinculantes, centradas en los derechos humanos, la salud pública y mecanismos financieros justos. Su compromiso es un modelo a seguir para otros, afirmó Gutiérrez-Graudiņš.

Azul también señaló preocupaciones sobre la limitada participación de la sociedad civil y pidió a los negociadores que garanticen una participación más significativa de las comunidades afectadas en futuras sesiones.

Ante la falta de un tratado vigente, Azul enfatizó que no se debe perder el impulso. El grupo insta a gobiernos, defensores y comunidades de todo el mundo a presionar por un acuerdo sólido y jurídicamente vinculante que aborde el ciclo de vida completo de los plásticos y elimine la contaminación en su origen.

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