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EEUU—Al menos seis personas han fallecido después de que una inundación súbita, alimentada por la crecida del río Guadalupe, arrasara viviendas y obligara a evacuar a comunidades enteras del condado de Kerr.
El juez del condado, Rob Kelly, confirmó la cifra de víctimas mortales y advirtió de que podría aumentar mientras los equipos de búsqueda localizan a varias personas desaparecidas, incluidos menores de unos campamentos de verano instalados a orillas del río.
El Servicio Meteorológico Nacional reporta que, cerca de Hunt, el nivel del Guadalupe saltó de 2,3 a casi 9 metros en apenas tres horas, la segunda marca más alta de la que se tiene registro, y prevé que alcance los 10 metros esta tarde en Spring Branch.
La oficina del sheriff calificó la situación de “catastrófica” y pidió a quienes viven junto a riachuelos, arroyos y al propio Guadalupe que se trasladen a terrenos elevados o permanezcan refugiados si ya están a salvo.
El alcalde de Kerrville, Joe Herring, declaró el estado de desastre, y el gobernador en funciones, Dan Patrick, anunció una rueda de prensa para las 14:00 h (hora local) sobre el despliegue de recursos estatales en la zona.

Equipos especializados en rescate acuático, la Guardia Nacional de Texas y vehículos de alta flotación recorren la región, mientras iglesias y comercios habilitan refugios para los damnificados, que también afrontan cortes de electricidad y vías anegadas.
El Servicio Meteorológico mantiene la alerta naranja por inundaciones; en algunas áreas ya han caído entre 13 y 20 centímetros de lluvia y se pronostican tormentas adicionales que podrían agravar el desbordamiento.
Autoridades locales comparan el evento con la riada de 1987, que dejó diez fallecidos en un autobús cerca de Comfort, y temen que la devastación actual supere aquel precedente histórico.