Mié. Abr 24th, 2024

Una niña sin educación es menos capaz de tomar decisiones propias sobre planificación familiar. Una niña tiene más probabilidades de tener problemas de salud y trastornos psicológicos, y sus hijos son más propensos a la desnutrición y analfabetismo. La educación es fundamental para el desarrollo de las aspiraciones y capacidades: una niña educada puede manejar mejor sus bienes y sus finanzas, y tiene más probabilidades de tener acceso al crédito.

En el largo plazo, la falta de educación afecta las capacidades futuras de una mujer de buscar y obtener un empleo, y de tener un ingreso. La independencia económica se refleja no sólo en la capacidad que una mujer tiene de disponer de su dinero, ahorrar, adquirir bienes e invertir, sino también en su libertad de decidir librarse de relaciones domesticas abusivas, en particular de situaciones de violencia económica.

Un bajo nivel de educación es también la causa y consecuencia del matrimonio infantil: niñas con un menor acceso a la educación son más propensas a casarse jóvenes, y viceversa, el matrimonio infantil significa el final de la educación de una niña.

En este caso, también los números son asombrosos: cada año 15 millones de niñas contraen matrimonio antes de los 18 años. El matrimonio infantil no solo tiene un impacto en el nivel educacional, sino que también conlleva una serie de problemas de salud y consecuencias sociales, como muerte, más riesgo de contraer VIH y violencia doméstica.

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