Vie. Abr 19th, 2024
hombre testigo de jehová

“¿Dios da segundas oportunidades? Puedo decir que el cree en mucho mas que
segundas oportunidades – yo he necesitado mucho más que dos”, dice Attila Hadnagy,
un residente del Sur de California.


Hadnagy espera ser uno de los miles de testigos de Jehová que se ofrecen como
voluntarios en un ministerio carcelario que ha aumentado durante la pandemia. Se
probaron nuevos métodos con la esperanza de llevar a unos 2.100.000 presos en
Estados Unidos el consuelo y la esperanza que da la Biblia en medio de confinamientos
en estas instalaciones.


“Durante nuestro ministerio en la prisión, hemos observado que muchos reclusos desean
cambiar”, comentó Robert Hendriks, portavoz de los testigos de Jehová de EE.UU. “Ellos
buscan una segunda oportunidad, y algunos están encontrando las fuerzas para hacer
cambios por medio de poner en práctica los principios de la Biblia”.


Más de 600.000 personas salen de prisiones estatales y federales todos los años y se
encaran a lo que puede ser una transición “abrumadora” de regreso a la sociedad, según
señala una proclamación de la Casa Blanca. “El proceso de reinserción social es
complicado hasta en las mejores circunstancias, y aún más con las dificultades
adicionales ocasionadas por la pandemia del COVID-19”.


La introducción inicial de Hadnagy a la literatura Bíblica de los Testigos de Jehová fue
mientras esperaba su sentencia. Mas tarde, una semana después de su solicitud formal,
comenzó a estudiar la Biblia con los Testigos y a asistir a reuniones celebradas dentro de
la prisión.


Mientras estuvo en prisión, fue fácil mantenerse en el camino correcto. Pero después de
ser liberado, “volví a los mismos hábitos de mi vida disoluta de antes”, dijo Hadnagy.
Su estilo de vida lo volvió a atrapar y comenzó a cumplir otra sentencia en prisión.
“Finalmente me acerqué a Dios en oración y le dije: ‘No estoy viviendo de acuerdo con tu
voluntad, y por eso es qué mi vida es así’”.


Tras su segunda liberación de prisión, pudo librarse de su vida anterior y comenzar una
nueva. Empezó a asistir con regularidad a las reuniones en un salón del Reino y más
tarde se bautizó como testigo de Jehová.


Compañeros testigos que han estado realizando una obra similar durante décadas en
cárceles, prisiones, hospitales estatales, instalaciones para menores y centros para el
tratamiento de drogodependencia, anhelan volver en persona cuando sea seguro hacerlo,
comentó Hendriks.

“Mientras tanto”, dijo él, “en lugar de menguar nuestros esfuerzos, estamos
aprovechando el tiempo para adiestrar mejor a nuestros voluntarios y encontrar métodos
innovadores para ensanchar nuestra labor”. Tan solo en 2021, más de 6.300 de estos
voluntarios recibieron mayor capacitación para ayudar a reclusos en 920 prisiones por
todo el país.


El sitio oficial de los testigos, jw.org/es, contiene más información sobre sus esfuerzos
en el ministerio en la prisión durante la pandemia así como experiencias personales de
los instructores de la Biblia y los estudiantes en prisión.


“Nuestro amor a Dios y a nuestro prójimo es lo que nos impulsa a seguir ayudando a los
reclusos,” dice Hendriks. “Nosotros sabemos que el Dios de la Biblia cree en segundas
oportunidades”.

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