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ElSalvador–La industria farmacéutica de la región centroamericana ha perdido a uno de sus pilares fundamentales, este viernes 26 de diciembre de 2025, se confirmó el fallecimiento del doctor Víctor Jorge Saca, fundador de Laboratorios Vijosa y una figura central en el desarrollo empresarial de El Salvador.
A sus 84 años, el doctor Saca deja un legado que transformó la manufactura de medicamentos en el país, elevándola a estándares competitivos a nivel internacional.
La noticia fue ratificada por la empresa que fundó en 1971, a través de un comunicado oficial, la organización destacó la visión ética y el espíritu de servicio que caracterizaron su gestión durante más de cinco décadas.
El fallecimiento del doctor Saca no solo enluta a su familia y colaboradores, sino que representa el cierre de un capítulo importante en la historia de la industrialización salvadoreña.
De un proyecto local a un referente continental
La trayectoria de Víctor Jorge Saca es un ejemplo de expansión estratégica. En 1971, inició operaciones en la colonia La Rábida de San Salvador con una planta especializada en inyectables, contando inicialmente con solo cinco empleados y una oferta de siete productos.
Su visión se enfocó prontamente en el mercado exterior; para 1974, Vijosa ya exportaba hacia Nicaragua, marcando el inicio de una ruta comercial que hoy abarca Centroamérica, el Caribe, Sudamérica y Estados Unidos.
Bajo su liderazgo, la compañía experimentó una evolución tecnológica y operativa constante. En años recientes, la firma reportó un crecimiento sostenido del 12%, consolidando una fuerza laboral que supera los 1,000 colaboradores.
Este éxito fue reconocido de forma sistemática por la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI), que durante doce años consecutivos ha posicionado a Vijosa en el primer lugar del ranking de exportadores del sector farmacéutico.
Nacido en Chalatenango en noviembre de 1941, Víctor Jorge Saca se formó como Doctor en Química y Farmacia en la Universidad de El Salvador (UES). Posteriormente, complementó sus conocimientos con estudios especializados en el extranjero, lo que le permitió integrar el rigor científico con la innovación empresarial.
Su aporte al país fue reconocido por diversas instituciones. En 2014, la Asamblea Legislativa le otorgó el título de “Hijo Meritísimo de El Salvador”, citando su labor altruista y su impacto en el bienestar de la población. Asimismo, su proyección internacional le valió distinciones como la Orden del Mérito de la República de Polonia en 2026, en grado de Cruz de Caballero.
El doctor Saca es recordado como un pionero que profesionalizó la industria local, demostrando que la calidad salvadoreña podía competir en los mercados más exigentes del mundo.
Su fallecimiento marca el fin de una era para el sector privado, pero su infraestructura empresarial y su modelo de gestión permanecen como activos vitales para la economía nacional.
