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Guatemala–Dos motines simultáneos han estallado en prisiones de Guatemala, protagonizados por reclusos con vínculos a pandillas que buscan presionar al gobierno con una serie de exigencias.
Las revueltas se han registrado en los centros penitenciarios de Fraijanes y El Boquerón, donde los reclusos han tomado control de áreas clave y han retenido a personal, en un claro acto de desafío a las autoridades.
El ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, ha confirmado a través de sus redes sociales el inicio de estos eventos, calificándolos como «secuestros» y enfatizando la firme postura del gobierno.
«Nuestra prioridad es proteger la vida de los rehenes y restablecer el orden, sin ceder un solo paso ante estos criminales», declaró el funcionario en su cuenta de X. Esta declaración subraya la política de no negociación del gobierno frente a lo que considera una extorsión.
Según Jiménez, estos disturbios son un «intento desesperado» por parte de los pandilleros para recuperar el control sobre sus líderes, quienes han sido trasladados y recluidos en una tercera cárcel de máxima seguridad, la de Renovación I. El ministro sostiene que desde esta prisión, los cabecillas no tienen «ninguna capacidad de dirigir sus estructuras criminales», lo que ha motivado la reacción violenta de sus miembros. La estrategia del gobierno es clara: mantener a los líderes aislados para desmantelar las redes de mando y control de las pandillas.
El gobierno de Guatemala ha reiterado que no cederá ante estas presiones ni realizará traslados de prisioneros. El ministro Jiménez ha sido enfático al asegurar que los líderes de las pandillas permanecerán en la cárcel de Renovación I.
Este incidente pone de manifiesto la continua lucha del Estado contra el crimen organizado y su control dentro del sistema penitenciario, un problema endémico en la región. Las autoridades trabajan para restablecer el orden sin arriesgar la seguridad del personal retenido, lo que ha convertido la situación en un delicado equilibrio entre firmeza y prudencia.
Las fuerzas de seguridad han desplegado un operativo en los alrededores de ambas prisiones, buscando contener la situación y evitar una escalada de violencia. Se espera que en las próximas horas se implemente un plan de acción para retomar el control total de las cárceles.
La situación sigue siendo tensa, con el gobierno guatemalteco decidido a no permitir que el chantaje de las pandillas dicte las políticas de seguridad y justicia del país.