Vie. Abr 19th, 2024
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El teléfono celular se ha convertido en mucho más que un teléfono. Se trata de un pequeño objeto de metal que nos comunica con el mundo, nos informa, nos provee de música, de películas.. Es a la vez radio, televisión, libro, periódico, GPS, diccionario y cientos de funciones más… Demasiada tentación para olvidarnos de él por un par de horas. 

Sin embargo, desconectarnos de él en ciertos períodos es más que recomendable por nuestra salud mental y por el bien de nuestros hijos. Es fundamental que el tiempo que pasamos con ellos el teléfono celular no sea un elemento distractor, y mucho menos que interrumpan un buen momento familiar. Para los niños puede tener consecuencias graves. 

Psicólogos y otros expertos en desarrollo infantil han investigado a lo largo de los años cómo afecta a los niños el uso que sus padres hacen de las nuevas tecnologías y al mismo tiempo ayudar a las familias a mantener un uso responsable de los dispositivos digitales.

Hace unos años, el Centro Médico de Boston hizo un interesante estudio: observaron en detalle a 55 grupos de padres y niños pequeños mientras comían en restaurantes de comida rápida y se registraron los comportamientos de ambos, incluyendo la frecuencia con que los padres utilizaban sus teléfonos durante la comida. 

Los resultados fueron asombrosos. Encontraron que 40 de los 55 sacaron algún dispositivo móvil durante la comida, y mientras algunos sólo lo miraban brevemente. Alrededor del 40% estuvieron absortos en su pantalla durante toda la comida, ignorando por completo a sus hijos. Según consignan los investigadores de este estudio, los adultos que estuvieron enfocados en sus dispositivos, respondieron con más probabilidad con dureza a los niños, tanto física como verbalmente.

Cuando el niño intentaba conversar y el progenitor respondía a destiempo o con otro tema que no estaba en sintonía con lo que el niño decía, la respuesta a esta ignorancia se traducía en acciones para llamar la atención por parte del niño o la resignación total. 

Una investigación realizada por psicólogos de la Universidad de Essex, de otro tipo pero igualmente valiosa, encontró que la mera presencia de un teléfono móvil en la mesa -incluso aunque esté apagado- hace que los que están sentados alrededor de la mesa se sientan más desconectados, y mantengan conversaciones menos profundas y más centradas en temas de poca importancia por temor a ser interrumpido.

Definitivamente es un aspecto que los padres deben cuidar. La primera sensación que perciben nuestros hijos al ver a un progenitor pendiente de su smartphone es que ellos no son importantes y que no les atienden en lo que están hablando. Poco a poco copiarán este uso también, ya que este ha sido su ejemplo y lo verán como algo normal.  

Nada es más importante que nuestros hijos, por lo tanto ellos merecen aún más respeto que cualquier extraño que nos esté enviando un mensaje o ver un video viral de Tik Tok. 

Se recomienda únicamente usarlo para contestar si es algo urgente y limitar la llamada al mínimo de tiempo posible.  

Además, será difícil que un padre adicto al teléfono imponga reglas a sus hijos, sobre todo en uso de dispositivos móviles. Aquí es cuestión de predicar con el ejemplo. De lo contrario, ellos dirán que es injusto y al final será complicado poder controlarlos. 

Más allá de lo nocivo que resulta para el grupo familiar el uso del teléfono en cuanto a la interrupción de las comunicaciones, hay otro detalle no menor.  Lo peligroso que significa desatender a un niño, más todavía si es pequeño, por distraerse con el celular. Si usarlo en una comida se considera una falta de respeto, hacerlo en otras circunstancias (manejando, caminando, etc) podría ser poco menos que un atentado y llegar a ser fatal. Se han dado casos de que por ir hablando por celular y no fijarse, los hijos se pasan una calle, se caen o provocan un accidente. 

Por todo esto, lo más recomendable es que los padres tengan su propio espacio para consultar el teléfono. Por ejemplo, levantarse antes que los niños para revisar el correo y los mensajes. Es fundamental mantener las comidas, hora de dormir o momentos en el vehículo libres de tecnologías, de manera de encontrar momentos que permitan a las familias charlar sin interrupciones. 

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