Por Gonzalo Giuria
Las buenas coberturas de temas de la salud representan un desafío adicional en el periodismo. A pesar de ser una cuestión absolutamente primordial en nuestras vidas, es un área que suele ser abordada de manera secundaria, salvo en situaciones en las que por su relevancia necesariamente pasa al primer plano de la agenda.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a los sistemas de salud como la suma de todas las organizaciones, instituciones y recursos empleados, cuyo objetivo consiste en mejorar la salud.
Por eso, un elemento indispensable para encarar el abordaje de la salud desde el punto de vista periodístico es conocer cómo funcionan los sistemas y cómo se financian, y tener claro a los actores que están involucrados allí, además de otros que, si bien no están dentro del sistema directamente, también tienen incidencia.
A su vez, un factor fundamental para poder comprender cómo funcionan los sistemas de salud en América Latina es la mercantilización de la salud, convertida cada vez más en un bien de consumo y no en un derecho fundamental.
América Latina es la región más desigual del mundo y esa característica también se ve reflejada en la salud, con inequidades marcadas que atraviesan en mayor o menor medida a todos los sistemas del continente, un tema que viene siendo tratado en espacios regionales como la CEPAL.
Entre otros, los problemas más comunes que afectan a la mayoría de los usuarios, los destinatarios finales del sistema —aunque permanentemente relegados a un plano secundario en las coberturas de salud—, son los tiempos de espera para poder acceder a la atención de un especialista, la falta de celeridad en los diagnósticos y la dificultad para poder acceder a medicamentos.
Los ministerios de salud de cada país, los articuladores, los prestadores de los servicios tanto públicos como privados y los usuarios son los elementos más notorios de esta cadena, pero también hay otros actores que no pueden dejarse de lado.
Por ejemplo, los médicos y las entidades que los agrupan, así como también las de los funcionarios no médicos que se desempeñan en la salud.
Otro gran agente que opera y mucho dentro de la salud es la industria farmacéutica, que con su poder económico tiene los medios para poder hacerse un lugar dentro de la agenda, en función de sus propios intereses.