Jue. Dic 25th, 2025

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ElSalvador–La modernización del sistema portuario salvadoreño avanza con una inversión inicial de $52 millones, dirigida a optimizar la eficiencia operativa de los puertos de Acajutla y La Unión. Esta etapa, conocida como “fase 0”, ha permitido reducir la congestión marítima, mejorar los tiempos de descarga y fortalecer la cadena logística del país.

La iniciativa forma parte del plan de transformación liderado por la Unión Portuaria del Pacífico (UPDP), integrada por la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA) y el grupo turco Yilport, reconocido entre los principales operadores portuarios del mundo. Según la institución, el proyecto global contempla una inversión total de $1,615 millones distribuidos en tres etapas.

El gerente general de la UPDP, Luis Canto, explicó que la primera intervención priorizó la renovación de equipos, el rediseño de procesos y la capacitación del personal. “Hemos adquirido el 85 % de los nuevos equipos y ejecutado más del 50 % de las obras. Además, se han brindado más de 20,000 horas de formación técnica al personal operativo”, indicó.

La aplicación de estas medidas permitió resolver los cuellos de botella que mantenían largas filas de embarcaciones en espera. A finales de 2024, cuando Yilport asumió la operación, se registraban hasta 25 barcos detenidos en rada, lo que generaba sobrecostos de hasta $1 millón por cada mes de demora.

Un año después, el panorama cambió. Canto confirmó que solo un barco permanece en espera, y que este avance ha representado un ahorro estimado de $200 millones para el país, al eliminar penalidades y reducir costos logísticos que afectaban a las empresas importadoras y exportadoras.

Los beneficios también se reflejan en los tiempos de transporte internacional. El traslado de un contenedor desde China hasta Acajutla, que antes tardaba 80 días, ahora se completa en 40. “Esta reducción ha impactado directamente en la estabilidad de precios y en la competitividad del país”, señaló el ejecutivo.

El puerto ha duplicado su capacidad de almacenamiento y reorganizado las áreas de recepción de carga. La operación de vehículos fue trasladada a La Unión, lo que permitió liberar espacio y mejorar la distribución interna. En ese punto oriental, la actividad marítima ha crecido con fuerza: de un solo barco operado en 2024 se ha pasado a más de 70 durante 2025.

La mejora en la eficiencia también ha despertado el interés de empresarios extranjeros. Según Canto, varias compañías guatemaltecas ya utilizan el puerto salvadoreño para importar y exportar mercancías. “Incluso una cervecera guatemalteca envía su malta a través de Acajutla, y empresas como Galvanissa movilizan su hierro por esta vía”, explicó.

El caso de Dollarcity ejemplifica la mejora en la logística. La empresa, que mueve alrededor de 100 contenedores semanales, redujo a la mitad el tiempo de entrega de sus mercancías procedentes de Asia.

Tras los resultados de la fase 0, la UPDP ha iniciado la fase 1 del plan de modernización, que contempla una inversión adicional de $500 millones. Esta etapa incluye la construcción de un nuevo muelle de 510 metros de largo y 17.5 metros de profundidad, diseñado para recibir los buques portacontenedores más grandes del mundo, con capacidad de hasta 21,000 unidades.

El nuevo muelle será edificado sobre un terreno ganado al mar y contará con grúas de última generación y sistemas automatizados de carga. Con ello, se prevé triplicar la capacidad de manejo de contenedores y duplicar la carga general, fortaleciendo la posición del país como un centro logístico competitivo en la región.

Los trabajos de ingeniería y diseño ya fueron entregados a CEPA para su aprobación, y la licitación pública se espera en las próximas semanas. Las obras iniciarán a mediados de 2026 y se estima que entren en operación en 2028.

Federico Anliker, presidente de CEPA, destacó que la asociación con Yilport representa “un compromiso tangible con la modernización del sistema portuario y con el desarrollo económico del país”.

De acuerdo con la UPDP, la modernización de los puertos de Acajutla y La Unión no solo busca aumentar la capacidad operativa, sino también consolidar a El Salvador como un punto estratégico de conexión marítima en el Pacífico, generando empleo, atrayendo nuevas inversiones y fortaleciendo el papel del país en el comercio internacional.

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